Laporta-Koeman: De la calma tensa ¿al drama?

Koeman, junto a Laporta y Yuste

Koeman, junto a Laporta y Yuste / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Calma tensa. Así podría definirse el estado de ánimo en los despachos del Camp Nou el día después de la nueva debacle europea. Del terrible enfado post-partido (que llevó a improvisar una cumbre Laporta-Yuste-Alemany hasta altas horas de la madrugada) a la expectativa que generan los tres próximos partidos de Liga, teóricamente asequibles. Koeman sigue. Por supuesto. Pero más debilitado. Desde los despachos le señalan como el culpable. No de la derrota, sino del planteamiento táctico de equipo pequeño. El técnico holandés se sabe cuestionado (¡lleva cuestionado desde el mes de mayo!) pero mantiene la serenidad y la esperanza. Cree que con el regreso de futbolistas que pueden ser determinantes como Ansu Fati, Dembélé e, incluso, Kun Agüero, el equipo puede ofrecer otra imagen. La imagen. Eso es lo que le duele tanto a Laporta.

En el club son conscientes de que el Barça se encuentra en una temporada de transición. La situación económica lo condiciona todo. Con una deuda inasumible y con unos contratos desfasados, resulta imposible hacer cualquier movimiento en el vestuario. Saben que la plantilla no está para ganar la Champions, pero sí para competir dignamente y no hacer el ridículo como se hizo ante el Bayern. Y en este aspecto es donde descargan toda su ira contra Koeman. Se puede jugar mejor, aunque se pierda igualmente. Y si se juega mal, al menos que se gane. La continuidad del entrenador está más condicionada que nunca a los resultados. En caso de derrota ante el Granada el lunes, nadie se atreve a garantizar nada. Es decir, puede pasar de todo…

Laporta aguantó a Rijkaard en 2003 en una situación muy comprometida. Laporta aguantó a Guardiola en 2008 después de su decepcionante inicio. Acertó. Luego llegaron los títulos, entre ellos tres Champions. Veremos si el Laporta del 2021 (que ayer envió un mensaje a los socios mostrando, al mismo tiempo, su indignación y su esperanza) también aguanta a Koeman si llegan más derrotas. El presidente ha reiterado en los últimos días su confianza (incluso su complicidad) con el entrenador. Pero todos sabemos que las ratificaciones públicas de los técnicos acostumbran a ser la antesala de las destituciones. Si el Barça supera con una triple victoria la semana que viene (después del Granada, los blaugranas se enfrentan al Cádiz y al Levante), se llegará al próximo duelo de Champions contra el Benfica con cierta tranquilidad. De lo contrario, la calma tensa puede transformarse en drama.