La revolución de Laporta es imparable

Joan Laporta en rueda de prensa

Joan Laporta en rueda de prensa

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Laporta sigue revolucionando las estructuras del Barça. El nuevo presidente está realizando grandes cambios en todas las áreas del club. De los despachos a los vestuarios. Primero actuó sobre la línea ejecutiva que habían creado Rosell y Bartomeu. Desde el CEO al director de La Masia. Limpieza (casi) absoluta. Después llegó el turno de los entrenadores de secciones: han caído, de momento, Xavier Pascual (balonmano) y Andreu Plaza (fútbol sala). Y ahora toca la reestructuración total de la cantera, con las destituciones de García Pimienta (técnico del Barça B), Álex García (jefe del departamento de scouters) y Jordi Roura y Aureli Altimira (máximos responsables del fútbol base).

Las razones esgrimidas por Laporta y su equipo para llevar a cabo esta revolución siempre son las mismas: falta de confianza y rebajas salariales. En el caso de Pimienta, fuentes del club aseguran que su despido fulminante e inesperado se debe a que el técnico del filial (que tenía un año más de contrato) no ha aceptado reducirse el sueldo. Es lógico y lícito que Laporta ponga a su gente más próxima en los puestos clave de la organización. Para eso es el presidente tras arrasar en las elecciones del 7 de marzo. Tiene, en ese sentido, el apoyo mayoritario de los socios. Pero siguen sorprendiendo algunas de las destituciones, atendiendo el perfil de los sacrificados...

La revolución de Laporta, teóricamente, no acaba aquí. Al contrario. Queda la parte más espectacular y, probablemente, la más compleja y costosa: el vestuario del primer equipo de fútbol. Ya sabemos que sigue Koeman porque no se le ha encontrado un sustituto ilusionante. Ahora falta ver si la profunda renovación de la plantilla se hará realidad o no. El presidente anunció hace unas semanas un fin de ciclo que hacía presagiar una limpieza total. Incluidas algunas de las ‘vacas sagradas’. Pero han pasados los días y se vislumbran síntomas de que no va a ser exactamente así. Básicamente, por falta de recursos económicos. Y eso sí que sería injusto…