Laporta, decepcionado con Busquets y Piqué

Piqué y Busquets, dos de los capitanes

Piqué y Busquets, dos de los capitanes / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Laporta se reunió en agosto con Busquets y Piqué para pedirles ayuda. El Barça, a pesar de haber activado todas las palancas, seguía teniendo problemas de ‘fair play’. El presidente pidió la colaboración de los dos futbolistas que más cobran de la plantilla para resolver el problema. Se trataba de que adecuaran sus elevados salarios a las actuales circunstancias y dieran una muestra de su barcelonismo. Los dos se mostraron dispuestos. Incluso se pactaron las condiciones de sus nuevos contratos: Piqué pasaría a percibir lo mismo que antes de la sospechosa renovación que le hizo Bartomeu y Busquets aceptaba una renovación ‘a la carta’ para reducir su nómina actual. Perfecto. Laporta salió de ambos encuentros muy satisfecho por la predisposición sin matices de los capitanes. Pero, días después, cuando llegó la hora de firmar los nuevos contratos, los representantes de los jugadores se negaron a ello. Ni Piqué ni Busquets, a través de sus asesores, aceptaron entonces el pacto de caballeros que habían cerrado con el presidente.

La consecuencia fue que el Barça tuvo que vender a Aubameyang y Laporta y el tesorero Ferran Olivé se vieron obligados a firmar un aval personal para poder inscribir a Koundé. El disgusto del presidente, evidentemente, fue enorme. Se sintió decepcionado. Dolido. Estos dos futbolistas (más Jordi Alba) tienen hipotecado el club: deben cobrar entre los tres un total de 200 millones de euros en el próximo año y medio. Una cantidades desproporcionadas y absolutamente fuera de mercado. Laporta se ha marcado como propósito desprenderse en los próximos meses de esa pesada losa. En el caso de Busquets será imposible: acaba contrato el próximo 30 de junio y su intención es irse libre. Pero con Piqué y Alba buscará una salida lo más urgente posible. Se intentará, incluso, en el próximo mercado de invierno. Aunque tanto el presidente como sus ejecutivos saben que será una misión muy compleja.

Los contratos que tienen Piqué y Alba (también Busquets) son totalmente legales. Tal vez inmorales. Pero eso no es culpa de los jugadores, sino del presidente que les ofreció en su momento semejantes prebendas económicas. La única salida a esta situación es negociar. Negociar de verdad. Con responsabilidad y pensando, sobre todo, en el bien del Barça. Estos futbolistas, que lo han ganado todo, merecen un trato especial. Por supuesto. Pero el Barça les ha hecho grandes. Y ricos. Muy ricos. Un gesto sería el mejor colofón a su extraordinaria carrera en el Camp Nou.