Laporta y el cambio de mentalidad

El Barça vivió las dos caras de la misma moneda en una jornada que hubiera podido servirle a Joan Laporta para defender el cambio de mentalidad que pregona para el club. Si piensa hacer una escabechina en el equipo de fútbol para volver a ser competitivo, si se cargó a Andreu Plaza con el mismo propósito en el fútbol sala y si anunció la marcha de a Xavi Pascual para cambiar el pulso del equipo, se encuentra ahora con el dilema del equipo de basket, perdedor ayer en la final de la Euroliga. 

Fue una pena, una decepción porque el potencial de este equipo es enorme, pero el Efes fue mejor y el Barça vivió a remolque durante casi todo el partido por ser incapaz defender como mandan las finales. La sección ha dado un vuelco esta temporada, ha logrado reenganchar a una afición desconectada pero le ha faltado acabar el trabajo, redondear su obra. 

A Laporta le cabrea perder y no tiene suerte con las finales porque, desde que es presidente, ha ido a cuatro (dos de fútbol sala, una de basket y una de femenino) y solo ha logrado una, la Champions femenina. Trabajo tiene por delante si quiere cambiar la mentalidad del club.

El equipo de Lluís Cortés, en cambio, sí completó una temporada maravillosa, con un triplete histórico. En una final en la que no estaba Laporta (estuvo en Colonia), ni Rubiales ni Letizia, el Barça tuvo tiempo para dominar a placer, dormirse y ver peligrar su triunfo hasta que Alexia sacó al equipo del problema en el que se estaba metiendo. Un triunfo merecido para un año perfecto. 

Nunca se había logrado y el FC Barcelona ya es el primer club de europeo en completar este trio tanto en masculino como en femenino. Fue el primer club en lograr el sextete (2009-2010), el primero en conseguir dos tripletes (2014-15) y ahora es el primer en ganar el triplete en las dos versiones (2020-21). Laporta acumula motivos para cabrearse pero también tiene alguno que le ha hecho sonreir.