La gran prueba de fuego de Griezmann

Griezmann se reencontró con el gol en la Champions

Griezmann se reencontró con el gol en la Champions / Afp

Toni Frieros

Toni Frieros

Dejémonos de monsergas. Cuando tú pagas 120 millones de euros (más otros 15 bajo mano) por un futbolista contrastado, experimentado, que ha crecido en la Liga española (cinco años en la Real Sociedad y otros cinco en el Atlético de Madrid), que ha sido capaz de marcar 139 goles en 360 partidos, lo que quieres de él es rendimiento inmediato. Es más, que marque diferencias desde el primer minuto.

Por lo tanto, menos excusas, menos justificaciones y menos paños calientes con Antoine Griezmann. Campeón del mundo y en su día candidato a Balón de Oro, ya va siendo hora de que emerja y cumpla con el rol que tiene encomendado. Vivir al lado de grandes figuras mundiales como Leo Messi y Luis Suárez tiene dos lecturas. O lo haces a la sombra de ellos... o te subes al mismo carro. Y hasta el día de hoy, el francés ha hecho más de lo primero que de lo segundo. Por lo tanto, el barcelonismo le exige que sea de una vez por todas ese futbolista de clase mundial por el que el Barça estuvo dos años peleando. Hoy, precisamente en la que fue su casa, tiene que dar ese paso adelante que todos estamos esperando.

Está muy bien que trabaje defensivamente por el equipo, pero deberíamos estar hablando de un futbolista que marca goles, que crea peligro, que intimida a sus rivales y que comparte liderazgo con Messi Suárez. Que hoy le silben y le insulten en el Metropolitano (como si Griezmann hubiera sido atlético toda la vida...) debe servirle de acicate para sacar a relucir ese indiscutible talento que tiene. Los grandes jugadores lo demuestran en los grandes partidos. Y hoy es uno de ellos.