Koeman y las vacas sagradas

Koeman se marchó muy enfadado del Ciutat de València

Koeman se marchó muy enfadado del Ciutat de València / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Acabe como acabe esta Liga, lo único cierto es que el Barça no puede seguir así, básicamente porque seguir así sería tanto como continuar acumulando fiascos como Roma, Liverpool, Bayern y Granada/Atlético/Levante. Son ya cuatro temporadas consecutivas estrellándose contra la dura realidad de un cambio de ciclo que no se acierta a renovar. ¿Problema de entrenador?, sí, pero no solo de entrenador. Si tenemos en cuenta que ni Valverde ni Setién ni Koeman han encontrado la solución táctica, por lo menos tendremos que plantearnos que ni los fichajes de todos estos años ni muchas de las vacas sagradas han dado la talla.

Empezaré por el entrenador actual, Ronald Koeman. Hay una cierta tendencia a indultarle de la máxima culpabilidad. Que si no tiene plantilla, que si ha sido valiente por incorporar jóvenes de la cantera, que si ha ganado la Copa... De acuerdo, sí, esto vale para momentos puntuales, pero si lo analizamos con la mirada amplia, encontraremos más defectos que virtudes.

Solo propongo una reflexión: en el fútbol actual en el que un entrenador puede hacer hasta cinco cambios, su gestión durante un partido ha de notarse. Y, la verdad, no tengo la sensación de que Koeman haya ganado ni un solo partido con sus decisiones sobre la marcha. Cambios tardíos y la mayoría ineficaces. Koeman no se ha distinguido precisamente por saber leer los partidos. Piénsenlo. 

EL ESTÓMAGO LLENO

Vamos con las vacas sagradas. Messi al margen, porque al margen de las críticas más duras hay que dejar al jugador que te marcado veintinueve goles, pichichi destacado de la Liga, aquí hay demasiados futbolistas que no se ganan lo que cobran. Griezmann y Dembélé, sin ninguna duda. Coutinho es como si no existiera; lesionado, vale, pero nadie le echa en falta. Y de Piqué, qué me dicen. ¿Y lo de Umtiti y Lenglet, que no son vacas sagradas, pero no dan pie con bola? ¿Y Pjanic, Sergi Roberto y Dest? Aquí sobra casi media plantilla. Y una última reflexión, dirigida, esta sí, directamente a las vacas sagradas. Viéndoles últimamente, parece que ya no tienen hambre de títulos... la teoría del estómago lleno de Pep Guardiola. Si esto es así, hay que actuar urgentemente, aunque no haya un euro en caja, que somos el Barça, ¡coñe! 

La clave

El técnico no sabe leer los partidos y los cracks ya no tienen hambre de títulos