Koeman tenía razón

Koeman

Koeman, en el duelo ante el Benfica

Carles Sans

Carles Sans

Va a ser que Koeman tenía razón. Que el equipo no da para competir por la Champions. Cuando lo dijo, los capitanes se apresuraron a contradecirle; normal: no se podía decir otra cosa, y argumentaron ser del Barça y que el Barça pelea por lo más alto siempre. Muy bien. Esto quedó de perlas, pero a los pocos días, y después del espejismo del partido contra el Levante y la euforizante reaparición de Ansu Fati, se ha dado de bruces contra un Benfica que no es nada del otro mundo pero que nos venció claramente para regocijo de algún comentarista de Movistar Plus que en la retransmisión no paraba de recalcar el desastre y la humillación, y de mencionar el fracaso que suponía cualquier cosa que hiciese el equipo de Koeman.

Está claro que el Barça no está bien. Pero no está tan mal como algunos pretenden. Escribo este artículo la misma noche del desastre y no sé si Koeman, en el momento en el que se publique, será todavía entrenador del equipo. Supongo que si de Laporta dependiera, que depende aunque las circunstancias le impongan tener mente fría, Koeman ya estaría fuera. La cuestión es quién será el bonito que levante un vestuario descompensado y con la moral que intuyo debe ser muy baja. Porque solo un entrenador muy preparado y con experiencia sacará adelante una temporada que se puede hacer eterna si no cambia la dinámica perdedora. Siempre pensé que cuando se fuera Messi pasaríamos por un mal trago durante algún tiempo. No me equivoqué: eso ya está pasando. De hecho, a fuer de ser sinceros, en cierta medida el equipo ya daba síntomas de agotamiento estando el argentino. Así que ahora no es de extrañar que las cosas hayan ido a peor. Y digo, con el afán de proyectar positividad y buena energía y así distanciarme del fatalismo sembrado por el comentarista de Movistar, que este equipo es más bueno de lo que está siendo en estos primeros compases de temporada, y que si llega alguien capaz de resucitarlo, todavía estamos a tiempo de ganar otra vez la Copa del Rey. ¡Visca el Barça!