Koeman se merece la Supercopa; el Barça necesita el título

Koeman saluda a Messi, en un partido de esta temporada

Koeman saluda a Messi, en un partido de esta temporada / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Aparcamos las elecciones durante un mes. El covid ha querido que el Barça siga sin presidente cuando más falta hace. Está claro que es una temporada de transición, lo meritorio sería salvar los muebles después de tantos contratiempos. En estas difíciles circunstancias

Ronald Koeman se convierte en protagonista clave, en el técnico que asume la responsabilidad deportiva de llevar al equipo donde fue incapaz de llegar la pasada campaña.

Miremos el pasado con la esperanza de que no se repita. El Barça de Valverde-Setién no consiguió conquistar ningún título la temporada 2019/2020. Ni Liga, ni Copa, ni Supercopa, ni Champions. La última vez que sucedió un descalabro de esta magnitud fue hace doce años y le costó el cargo a Rijkaard. Fue el preludio de la etapa dorada de Guardiola en la que se alcanzaron los mayores éxitos de la historia. Viene a cuento este recordatorio porque hoy el Barça tiene la oportunidad de ganar el primer título de la temporada en Sevilla. La Supercopa de España no es el título más prestigioso, pero llega en un momento para los culés que tiene un valor de revulsivo importante.

Si se pierde causará decepción y críticas. Si se gana dará moral y confianza a un equipo que necesita autoestima.

A diferencia de ahora hace un año cuando Valverde fue cesado por caer eliminados en semifinales en Arabia Saudí, ahora Koeman no se juega el cargo. Se juega algo más importante, su credibilidad y la apuesta decidida por los jóvenes. Levantar la

copa esta noche daría alas al equipo, en plena remontada en la Liga y a un mes de enfrentarse al temido PSG en Champions.

Más que un título para presumir, puede ser una inyección de moral, una alegría para los socios.

Si juega Messi, mucho mejor. Pero si de entrada está en el banquillo, no hay que llorar su ausencia. Con o sin Leo el Barça tiene que ser capaz de dar lo mejor de sí mismo para ganar a un Athletic que dio una agradable sorpresa eliminando al renqueante Madrid de Zidane. El equipo de Koeman no tiene que llamarse a engaño. Le espera un partido agresivo donde el rival confía por encima de todo en su coraje, fuerza y entrega. Si responden con las mismas armas, por técnica e individualidades tienen las de ganar. Será una lucha de resistencia física, de juego de presión en todo el campo, donde los errores se pagarán caros y los aciertos valdrán oro.

Koeman sabe que juega con ventaja si su equipo se emplea a fondo los 90 minutos. La defensa ha ganado en seguridad y Ter Stegen es un seguro de vida cuando hace falta. Con el 4-3-3 el centro del campo funciona mejor.

Pedri es mejor que Rakitic y Arturo Vidal juntos. Busquets está dispuesto a hacer quedar mal a los que decían que estaba acabado. De Jong es un valor en alza superior a Coutinho. Si Dembélé tiene su noche es capaz de todo; Griezmann navega entre el querer y poder. Si juega Messi seguro que marcará diferencias y transmite seguridad a los compañeros. Koeman no quiere dejar escapar la Supercopa, se la merece si tenemos en cuenta las limitaciones con las que trabaja y su valiente apuesta por los jóvenes.