El futuro de Koeman y las cábalas del vestuario

Ronald Koeman, futuro incierto

Ronald Koeman, futuro incierto / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El desconcierto y la incertidumbre se han instalado en el Barça. Tras anunciar Laporta el ‘fin de ciclo’, las dudas sobre el proyecto de futuro se han incrementado. En el vestuario empiezan a hacer cábalas sobre la magnitud de la escabechina. Especialmente preocupados (o, mejor dicho, indignados) andan los pesos pesados del equipo, que se han visto claramente señalados por el presidente. Mientras, Koeman sigue a la expectativa. Cada día que pasa, el entrenador está más cerca de seguir. Por razones económicas (su despido, debido a que tiene firmado otro año, costaría 8 millones de euros), por razones deportivas (Mateu Alemany cree en el técnico holandés) y por razones estratégicas (no hay una alternativa fiable en el mercado). Pero su continuidad no está, ni mucho menos, asegurada. A pesar de que ya esté planificando la próxima temporada... La decisión final sobre Koeman será de Laporta. El presidente escuchará las opiniones de los expertos, se dejará aconsejar, pero será él quien dicte sentencia. Después de la nueva reunión/comida que ambos tendrán la próxima semana. 

Y si Koeman está hoy más dentro que fuera (ya veremos mañana), quien está más fuera que dentro es Griezmann. El francés es un excelente futbolista. Pero no es un futbolista para el Barça. Y es que no todos los grandes jugadores, por muy buenos que sean, están capacitados para brillar en el Camp Nou. La historia blaugrana está repleta de ejemplos. Excepcionales jugadores que han fracasado cuando han llegado al Barça. Griezmann ha tenido tiempo más que suficiente para ‘explotar’. Pero no lo ha hecho. Como Coutinho. O como Dembélé. Tres futbolistas por los que Bartomeu pagó más de 400 millones de euros en la ruinosa operación de sustitución de Neymar. Por eso los tres entran en la ‘limpieza’ que quiere llevar a cabo Laporta. El problema para acelerar su salida en los tres casos es el mismo: bajo (o nulo) rendimiento, contrato en vigor y ficha desorbitada. El Barça ya no pretende hacer negocio con ellos. Simplemente, sacárselos de encima como sea.