Jugar un partido en EE.UU. es bueno para todos

Javier Tebas mandó un dardo a Rubiales y Aganzo

Javier Tebas mandó un dardo a Rubiales y Aganzo / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Como era de esperar, la medida filtrada por LaLiga de disputar un Girona-Barça en Estados Unidos ha provocado todo tipo de reacciones. Las más ruidosas han sido las disidentes, incluida una AFE que amenaza con ir a la huelga por este motivo, sin que termine de entenderse por qué la disputa de este partido, puede perjudicar a unos jugadores que justamente necesitan que el fútbol encuentre nuevas vías de ingresos para pagar sus exigentes salarios.

Hay que entender que haya aficionados perplejos e incluso molestos con esta medida, sobre todo los que han pagado un abono que incluía un partido que luego no podrá ver en directo. Pero justamente para aliviar este perjuicio, el Girona anunció ayer unas medidas inapelables para compensarle las molestias al socio y aficionado: 1.500 viajes pagados a Estados Unidos, 5.000 entradas para el partido de vuelta en el Camp Nou e incluso devolver el 40% del abono (para los que no hayan usado ninguna de las dos opciones anteriores). Además, el club tendrá un ingreso extra y sobre todo hará un salto de promoción en su imagen exterior. Como explica hoy SPORT, el Barça también avala plenamente esta iniciativa, porque casa con su plan estratégico de expandir su marca.

Es cierto que la noticia se comunicó mal, a través de una filtración y a destiempo, pero lo que importa es la discusión de fondo, es decir, si el fútbol local debe pasar a ser global. Y la respuesta solo puede ser sí: porque si queremos a jugadores como Messi o a Griezmann, si soñamos con una ‘marca Barça’ a la altura de las de la Premier, si pretendemos competir realmente en la mejor Liga del mundo, la única opción es innovar y jugar, ni que sea una vez al año, en los países que suspiran por ver a unos futbolistas que también son sus ídolos. La NBA ya ha disputado siete partidos oficiales en Londres, con el esperado éxito. Jugar un partido en Estados Unidos es bueno para todos, incluso (paradójicamente) para los que dicen estar en contra.