Jugar en Montjuïc para tener el mejor estadio del mundo

El estadio de Montjuïc es una posible opción

El estadio de Montjuïc acogerá la 58ª edición del Trofeo Joan Gamper / IGNASI PAREDES

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

A veces es necesario recordar el pasado para comprender el presente. Dicho en otras palabras, la problemática que vive el Barça en la actualidad ante el traslado a Montjuïc es fruto de errores del pasado, de decisiones que no se supieron tomar en su momento. Se ha dejado envejecer demasiado el Camp Nou hasta el punto de que una reforma no es suficiente y se tiene que ir a la reconstrucción. Una realidad que obliga a cerrar las instalaciones año y medio para afrontar una obra gigantesca que transformará la instalación en una de las mejores del mundo. 

El estadio se inauguró en 1957, han pasado 66 años y la realidad es que tiene unas carencias que obligan a una profunda rehabilitación. Para los grandes clubs los estadios se han convertido en un motor de negocio imprescindible para generar ingresos que van mas allá de los abonos de los socios y el ticketing. Los estadios del siglo XXI son centros de negocio, de entretenimiento y de eventos. El Barça tiene previsto ingresar mas de 250 millones anuales para poder pagar la financiación de los 1.450 que cuesta la puesta al día.

Estamos hablando de una obra que llega con retraso. El presidente Núñez, en los últimos años de su mandato, planificó el proyecto Barça 2000 que murió en el baúl de los sueños. Laporta, en su primera etapa, encargó al prestigioso arquitecto Norman Foster una maqueta del Camp Nou del futuro que tampoco tuvo recorrido. Rosell y Bartomeu siguieron con la misma idea y la plasmaron en el Espai Barça pero fueron incapaces de llevarla adelante. Con todos estos retrasos sucedieron dos cosas, el Camp Nou se fue deteriorando y el presupuesto fue creciendo. Ahora todo es más complicado y más caro, al tiempo que se ha convertido en inaplazable si el club quiere competir en el futuro con las mismas fuentes de ingresos que generan sus rivales.

La Junta de Laporta no ha tenido otra salida que coger el toro por los cuernos con todas las consecuencias. Negociando con los americanos, firmando contrato con los turcos y pidiendo paciencia al socio. Es el peor momento para conseguir una buena financiación, la escalada de costos en el sector industrial es una amenaza y además hay un hándicap añadido, el socio a corto plazo sale perjudicado. No ha sido una decisión fácil pero es obligada. Si el Barça no afrontaba el Nou Camp Nou perdía el tren del futuro, se quedaba como un club anticuado y superado. Es necesario plantar cara a los problemas para disfrutar más adelante de un estadio del que todos nos sintamos orgullosos.

Ir a Montjuïc tiene un coste pero la recompensa bien lo vale. Un gran club necesita un gran estadio. La reconstrucción del Camp Nou debe ser la palanca que resucite al mejor Barça.

Vender es imprescindible

Está demostrado que un gran equipo no se hace solo fichando sino vendiendo a jugadores que no dan la talla para cambiarlos por savia nueva. El Barça va a aplicar esta teoría este verano por necesidad. Ansu, Ferran, Raphinha, Kessie, incluso Dembele, están en el escaparate, más cerca de salir que de continuar. En la Premier hay clubs con pasta y vendrán de pesca a Barcelona. Vender es imprescindible pero habrá que acertar con las compras.

Messi, en la recámara

La vuelta de Messi avanza sin prisa pero sin pausa. La Liga ha dado el OK al plan económico presentado por el Barça que respeta el ‘fair play’ financiero exigido. El jugador no contempla otra opción y el padre no escucha ofertas. Antonella ha dicho a sus amigas que el próximo curso los niños vuelven al colegio inglés de Castelldefels. Para cerrar el acuerdo, esperarán a que Barça y PSG sean campeones. No hay nada escrito pero todo está hablado.