El jovencito Frankenstein

El Barça, incapaz y roto, cede otra derrota (EN)

El Barça, incapaz y roto, cede otra derrota

Xavi Torres

Xavi Torres

Si uno repasa los futbolistas que tiene el Barcelona en sus filas seguramente llegará a la conclusión de que no están nada mal. Muchos fenómenos no hay pero de excelentes jugadores, unos cuantos. Se dará cuenta de que hay veteranos que han dado un gran rendimiento y jóvenes con un talento esperanzador. Sin embargo, también observará, más allá de los partidos aplazados, que el equipo no está ni entre los diez primeros.

¿Y de quién es la culpa? ¿De Koeman? Un poco sí, porque su obligación es mejorar lo presente. Ha vivido las claves del éxito de este club desde dentro y sabe perfectamente que alejarse del método es acercarse al abismo. Lo dice la historia y, también, el presente. El foco de tanta gloria, especialmente con Cruyff y Guardiola, alumbró el centro del campo. Al exclusivo juego de posición y posesión del balón se unió una presión orgullosa en campo contrario que convirtió el club en la envidia mundial. Entonces, ¿qué está haciendo el técnico? Hoy Koeman entiende que solo tiene tres centrocampistas, De Jong, Pjanic y Sergio, porque no confía en Aleñá ni Riqui y a Coutinho y Pedri, los ve como delanteros. Como solo tiene tres medios debe poner a dos y hacer descansar al tercero para preservar el nivel en la rotación. Por eso juega con doble pivote. Eso sí, en la plantilla hay ¡ocho delanteros! Y sobre la defensa, en fin, antes de las lesiones de Piqué y Roberto, dos laterales derechos y uno zurdo y tres centrales, ya que Umtiti y Júnior están, pero como si no.

¿La culpa es de los futbolistas? Un poco también, claro, pero si a mí me llaman para jugar en el Barça, lo dejo todo. La elección de los jugadores para la renovación ha sido desastrosa. Sandro Rosell optó por otra mirada futbolística y Josep Maria Bartomeu y sus ejecutivos ejecutores han convertido el equipo en un Frankenstein de pocos defensas, menos medios y muchos delanteros, y de entrenadores y futbolistas sin las características para entender, explicar y practicar el fútbol del Barça. La cacareada evolución de los dos expresidentes, con un poco de aquí y un poco de allí, ha acabado en algo absolutamente irreconocible.

El Barça tiene un cofre con un tesoro único pero ha perdido las llaves. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y el momento deportivo es muy grave. ¿Hay alguien que sea capaz de plantear un plan futbolístico para revertir la situación? Por el bien del histórico Barça se trataría de que las llaves no acaben cayendo en manos del doctor Frederick Frankenstein o del inolvidable Igor.