Jordi Alba, tan culé como Piqué

Jordi Alba entra a formar parte del grupo de capitanes

Jordi Alba forma parte del equipo titular / David Ramírez

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Jordi Alba ha actuado como un gran culé. Como lo hizo Piqué. Siguiendo el camino marcado por el central, el lateral ha aceptado una considerable rebaja de su salario para ayudar al Barça. El nuevo capitán blaugrana ha ejercido como tal y ha renunciado a un 25 por ciento de su ficha, asumiendo también que se difieran parte de sus ingresos durante las tres temporadas que le restan de contrato. Se trata de que el club, ahogado por la crisis económica e inmovilizado por la deuda heredada, pueda respirar. El gesto de Piqué (que permitió la inscripción de Memphis y Eric Garcia solo unas horas antes de que empezara oficialmente la temporada) fue una muestra de amor a los colores, que se culminó con un golazo ante la Real Sociedad y su beso al escudo.

Jordi Alba no podía ser menos. Molesto por los injustos pitos recibidos en aquel primer partido de Liga en el Camp Nou, el lateral se ha apresurado a cerrar el acuerdo con el Barça para que todos los socios y aficionados visualicen su inquebrantable compromiso con el club. No hay nada que reprocharle a Alba. Al contrario. Durante 386 partidos (en los que ha marcado 22 goles y ha dado 73 asistencias, muchas de ellas a su amigo Messi) ha dejado claro que es uno de los fichajes más rentables de la historia. Y lo continuará siendo. Porque tiene cuerda para rato. Y porque no se le ha encontrado un sustituto de garantías.

Tras Piqué y Jordi Alba les toca el turno a Busquets y Sergi Roberto. Los otros dos capitanes no tardarán (puede que esta misma semana) en alcanzar un acuerdo similar. Griezmann y Coutinho (por cierto, los dos futbolistas que más cobran de la plantilla tras la marcha de Messi) serán los siguientes en pasar por las oficinas. Ambos ya han mostrado su predisposición. Desgraciadamente, no hay otro remedio que asumir la terrible situación del Barça. Los 1.350 millones de deuda es una terrible losa que pesará durante varios años sobre la gestión de la entidad. Es la hora del sacrificio.