De Jong, Arthur y la teoría de los 24

Frenkie de Jong ha tenido un fichaje feliz por el FC Barcelona

Frenkie de Jong ha tenido un fichaje feliz por el FC Barcelona / EFE

Jordi Costa

Jordi Costa

Hace ahora un año, Frenkie de Jong deshojaba la margarita. En aquel momento, PSG y City eran sus destinos favoritos hasta que el Barça echó el resto -con Bartomeu en persona y Messi por teléfono- para llevarse al mejor centrocampista de Europa. Desde su aterrizaje, el holandés ha sido el único indiscutible en la zona ancha pero, sea por timidez o por la mediocridad del funcionamiento colectivo, queda pendiente que su juego haga honor a los galones que le ha otorgado Valverde y que el equipo pide a gritos.

Cuenta Albert Puig, excoordinador del fútbol base del Barça ahora camino de Japón, que para saber si un futbolista confirma las expectativas deberíamos esperar a sus 24 años. Justo la edad que va a cumplir Adama Traoré, un ex de La Masia que se marchó a Inglaterra entre la indiferencia general y que ha probado su madurez, cuatro años después, abatiendo al Manchester City dos veces en tres meses. La teoría vale para la flecha de l’Hospitalet, o para un Munir que -a los 24- trata de renacer en Sevilla pero, sobre todo, sirve de freno para los impacientes. Para los que queremos ya a Riqui Puig (20) en el primer equipo, para los que escrutan a Eric Garcia (18) en sus primeros pasos con el City o para los que esperan regularidad de Ansu a los 17. Y es que, Messi aparte, ni siquiera Xavi e Iniesta se asentaron antes de los 24. Pues bien: De Jong cumplirá este año los 23. Y Arthur, los 24.

En el caso del brasileño, él sabrá si quiere hacer todo lo necesario fuera del campo para resolver sus misteriosos problemas de pubis y consolidar las expectativas que generó su llegada o si se aviene a malograr su talento. Por lo que a De Jong respecta, se trata de un talento precoz, que ya en el Ajax demostró una personalidad y una madurez futbolísticas impropias de su edad.

Sin nada que reprochar a su comportamiento profesional y a su esfuerzo, al holandés le toca, eso sí, dar un paso adelante en cuanto a importancia. Mientras Griezmann está en plena travesía para afinar la química con sus compañeros de delantera, de De Jong se espera lo contrario: que ejerza una especie de contrapoder futbolístico.  

Mientras los veteranos de la plantilla se acomodan progresivamente al estilo reactivo que vimos en el Clásico, la vuelta al protagonismo en el juego debe empezar, como siempre, por la zona ancha. Tomar el mando del Barça mientras esté Messi es utópico, pero esperar a que De Jong cumpla los 24 para que lidere el regreso a los orígenes quizás sea demasiado tarde.