Javier Tebas echa el freno a LaLiga

Javier Tebas, presidente de LaLiga

Javier Tebas, presidente de LaLiga / JAVI FERRÁNDIZ

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Cuando Javier Tebas accedió a la presidencia de LaLiga, en abril de 2013 y tras ser avalado por 32 de los 42 clubs con derecho a voto, una de sus obsesiones fue potenciar el control económico para reducir una deuda disparada que ascendía a 647 millones de euros. La patronal, tras cuatro años de su mandato, informó en 2017 que el agujero se había reducido en un 71%, pasando a ser de 184 millones. Además, los ingresos habían aumentado un 48%, de los 2.236 millones a 3.327 millones.

Es evidente que la gestión de Javier Tebas al frente de LaLiga ha sido enormemente beneficiosa en materia económica. El presidente de la patronal, además, ha modernizado sus estructuras y ha expandido el negocio de forma notable. Solo el desastre provocado por la pandemia fue capaz de frenar en seco el crecimiento sostenido de quienes forman la organización. Y, pese a ello, el acuerdo alcanzado con CVC ha servido para mitigar gran parte de los problemas. La conclusión es que la presidencia de Tebas ha dado un impulso enorme a la competición gracias a la firmeza con la que ha aplicado una normativa aprobada por los 42 clubs de Primera y Segunda División. Hasta ahí hay muy poco que reprochar.

El camino recorrido para llegar hasta aquí tiene pocas brechas, pero ha llegado el momento de revisar pactos alcanzados hace ya casi diez años y que, diez años más tarde, suponen un agravio comparativo enorme con el resto del fútbol europeo. De hecho, el límite salarial impuesto entonces es, de largo, el más restrictivo de todas las ligas europeas, lo que convierte en menos competitivos a los clubs que forman LaLiga. Las quejas de Tebas por la renovación de Mbappé con el PSG son solo ruido, una pataleta de niño pequeño. Lo que debería preguntarse el presidente de la patronal es por qué cada vez menos estrellas juegan en España y, al mismo tiempo, muchas de ellas, como Cristiano Ronaldo o Messi, han abandonado la competición.

Laporta recriminó esta semana la poca flexibilidad que ofrece LaLiga al Barça en materia de salarios. Tan cierto es que la gestión del club ha sido durante los últimos años nefasta como que el potencial económico de la entidad sigue intacto. Sin un Barça fuerte, sin jugadores de referencia en la competición, LaLiga va camino de convertirse en un torneo menor, cuyos derechos de televisión bajarán en picado y, en consecuencia, también lo que cada club percibirá por ellos. Las normas, cuando ejercen de freno para el crecimiento, se vuelven inútiles y contraproducentes. Toca planteárselo todo.