Iniesta no merece complacencia

Iniesta, en la entrevista con Manu Carreño de la Cadena SER

Iniesta, en la entrevista con Manu Carreño de la Cadena SER / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Iniesta tiene una oferta de China para solucionar su vida y la de los descendientes de sus descendientes. Para cualquier mortal, jugar en el Barça durante los años que ha jugado Andrés ya habría sido la solución económica de los descendientes de sus descendientes.

Pero el nivel es otro y así hay que entenderlo y aceptarlo. Y solo Iniesta y su familia deben tener voz y voto en un asunto que no incumbe a nadie más que a ellos. Otro tema es su carrera deportiva en el Barça. Iniesta no se ha ganado el derecho a decidir qué hacer con su futuro por lo mucho que ha dado al club, ese derecho a decidir debería ser intrínseco a cualquier persona. Juegue a fútbol o masque chicle en una esquina. De la misma manera que el Barça tiene todo el derecho a planificar la próxima temporada sabiendo qué hará Iniesta. El club le habría pedido que siguiera vistiendo la camiseta del Barça la temporada que viene, que se subiera al tren que debe llevarlo hacia el Este en otro momento, como si el tren le estuviera esperando eternamente en el andén. Como si en China no pasara el tiempo para quienes quieren vivir allí un retiro dorado. Huele a menosprecio hacia el fútbol chino. Como si Iniesta no cumpliera 34 años el próximo mes de mayo. Pero la sensación es que el paso dado por el club, que debería ser, sobre todo, deportivo, es la única manera que tiene el club de evitar críticas por no haber hecho todo lo posible para retenerle. El qué dirán, siempre el qué dirán. Y no es eso. Andrés merece mucho más que estrategia disfrazada de cariño. Merece mucho más que condescendencia. Iniesta solo debe seguir en el Barça si el Barça cree que puede seguir aportando lo mucho que ha aportado hasta ahora. El fútbol, gritan cada día los futbolistas, es futuro y no pasado. El romanticismo es una flor deshojada por el viento y no da patadas a un balón.