El increíble y triste adiós de Dani Alves

Dani Alves durante su presentación

Dani Alves durante su presentación / Pau Barrena

Ernest Folch

Ernest Folch

El principio del fin del esplendor del Barça empezó probablemente en julio del 2017 con la pérdida de Neymar, que tuvo consecuencias imprevisibles. Pero aquel fatal episodio tuvo una inquietante precuela a finales de mayo de 2016 con la noticia de la inesperada marcha de Dani Alves, que se fue gratis a la Juve porque el club fue incapaz de retenerlo. El increíble y triste adiós de Alves se produjo tras dos temporadas en las que renovó solo por un año y su continuidad estaba siempre pendiente de un hilo. Ya por aquel entonces el club era incapaz de encontrarle ni siquiera un suplente de garantías y por eso terminaba siempre renovándolo.

Al fin, fue él el que dio el portazo y se fue a la Juve a seguir engrosando su impresionante historial. Lo que a continuación le sucedió al Barça en el lateral derecho es la crónica de un desastre anunciado: el que mejor hizo su función fue Sergi Roberto, pero era un centrocampista reconvertido a lateral, y a partir de ahí pasaron con suerte desigual Aleix Vidal, Mingueza, Dest, Wagué o un tal Douglas, pero todos a años luz de Alves, el mejor lateral de la historia del Barça, de la Liga y probablemente del mundo. Aquel inmenso agujero negro que dejó Dani Alves no se ha vuelto llenar, curiosamente, hasta que él mismo ha vuelto, con 38 años. No hay ninguna duda sobre el revulsivo que supone la llegada de Alves: su sola presencia en los entrenamientos ha supuesto un chute de vitalidad, alegría, orgullo y carácter en una plantilla que a menudo ha dado síntomas de ser demasiado blandengue. 

Con 43 títulos, es el jugador más laureado de la historia a nivel colectivo y solo se le resiste el Mundial de selecciones: lo ha ganado todo varias veces y con varios clubes diferentes, aunque su época dorada es por supuesto su larga y fructífera etapa como blaugrana. El fichaje de Alves tiene múltiples consecuencias: envía un mensaje muy claro de alta exigencia a la plantilla (aquí solo caben ganadores) y además tiene un efecto pedagógico innegable: llega sin coste de traspaso y aceptando ser el peor pagado de la plantilla con un sueldo casi simbólico. Sin embargo, el retorno de Dani es también la metáfora de un fracaso: más de cinco años después, en el ocaso absoluto de su carrera, el Barça admite su derrota y tiene que volver a recurrir a él. El gran reto de Xavi es poder justificarlo deportivamente y que su vuelta tenga más sentido que la de ser puramente un agitador.

El día que ganaron los valores

El Barça entra por fin a competir en la Liga Genuine y lo hace de la mano de un equipo llamado Fundació Barça Genuine, compuesto por personas del colectivo DI (con discapacidad intelectual). En la presentación acudieron el presidente Laporta y Gerard Piqué, en un acto emocionante y que, este sí, da pleno sentido al maltratado lema ‘Més que un club’. En un momento en el que el club tiene dificultades para cuadrar sus valores con su pobre situación económica, este acto fue una bomba de orgullo e ilusión para un club tan necesitado de victorias materiales como de actos simbólicos.

¿Por qué Dembélé nunca se moja?

Una de las sorpresas en la presentación de Xavi fue el espectacular elogio que hizo a Dembélé: “su renovación es prioritaria”. La noticia es que Xavi tenía un gesto con un gran jugador pero que nunca ha terminado de rendir, seguramente por culpa de las lesiones. Diez días después de la frase de Xavi, la renovación del francés sigue encallada y no se sabe de ningún gesto por su parte. Quizás estaría bien que el francés emitiera alguna vez alguna señal, ni que sea en redes sociales, para estar a la altura del club que creyó en él y lo ha cuidado durante sus interminables lesiones. El amor o es recíproco o no es.