La incertidumbre nos mata

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Alex Corretja

Alex Corretja

Como deportista de élite me gustaba tenerlo todo controlado. Era metódico, ordenado, y hasta cierto punto, obsesivo. Era mi manera de sentirme en paz conmigo mismo. De hecho no sé por qué estoy hablando en pasado, sigo siendo igual, aunque con los años he aprendido a relativizar todas mis manías. 

Recuerdo en el año 2000, en el torneo de Gstaad, Suiza, que por culpa de unos cuantos días de lluvia, estábamos a sábado y todavía no había terminado mi partido de segunda ronda, cuando el domingo se tenía que jugar la final. Desde mi habitación del hotel veía diluviar a todas horas y yo me subía por las paredes. Por suerte conseguí superar esa situación extraordinaria gracias a mi equipo, que supo mantener mi cabeza fría y hacerme vivir minuto a minuto en el presente y evitar saturarme pensando en el futuro. Tan bien lo hicieron que pude ganar cuatro partidos en apenas 48 horas y finalmente alzarme con el título.

Si yo estaba histérico por cinco días de lluvia, no me quiero ni imaginar cómo se deben sentir todos los tenistas estos días que saben que tienen por delante seis semanas sin competir, estando en plenitud de condiciones para hacerlo, o los miles de deportistas que están viendo que todo lo que han preparado durante meses se tambalea porque están siendo canceladas todas sus competiciones.

Normalmente trabajas en torno a unos objetivos que te ayudan a dosificar el esfuerzo según se acerca el evento deportivo, de ahí que la clave en las próximas semanas será saber cuándo y cuánto apretar para no perder la forma pero tampoco pasarse de rosca. Y esto es extrapolable a todos lo que, como yo, estamos encerrados en casa sin saber qué nos depararán las próximas jornadas. Solo los que sepan manejar y aceptar esta caótica situación volverán reforzados y preparados para asumir nuevos retos.

En tenis, como en muchos otros deportes, o ámbitos de la vida, “chupar banquillo” por motivos ajenos a la competición tiene unas consecuencias económicas importantes porque generas en base a los partidos que ganas, cosa que puede llegar a provocar una gran ansiedad en jugadores con un ranking más bajo.

Hoy tengo la sensación de que vuelvo a estar atrapado en aquella habitación de hotel pero deseo que con paciencia y trabajo en equipo seamos capaces de sacar adelante una situación que está siendo lamentable para todos. Que la incertidumbre no nos mate. Ánimos, juntos lo conseguiremos.

INDIAN WELLS HIZO SALTAR TODAS LAS ALARMAS

Fue el primer gran torneo del calendario en hacer saltar las alarmas en el mundo del tenis. La anulación del que está considerado como el quinto Grand Slam de la temporada fue un mazazo para todos entre los que me incluyo y abrió la sangría de cancelaciones. No solo es un duro golpe por todo lo que supone, sino por lo que significa para mí, especialmente, este torneo estadounidense. Lo gané en el 2000 y todavía sigue siendo uno de mis mejores recuerdos como profesional. 

REINVENTARSE EN DOS SEMANAS

Los amantes del deporte no se cómo lo haremos los próximos días. Me preocupan las horas muertas cerrado en casa sin poder practicarlo ni tampoco seguirlo a nivel profesional. 

A todos nos gustan las series y las películas, eso sí, estoy convencido de que, por desgracia, multiplicaremos las horas delante del móvil y eso no nos beneficia, solo nos robotiza más. Quizás es el mejor momento para recuperar un hábito tan necesario y beneficioso como el de la lectura. Es la hora de reinventarse.