La importancia de gestionar las decisiones

La cesión de Carles Aleñá al Getafe no me convence. Puedo entender las razones que han llevado al club y al jugador a apostar por una salida en forma de préstamo porque se trata de un futbolista que necesita seguir creciendo y eso solo se consigue ganando experiencia y jugando con regularidad, algo que en el Camp Nou no estaba haciendo. Sin embargo, la sensación es de improvisación, de no tener una estrategia pensada para este tipo de casos. 

Me cuesta entender qué gana el Barça, qué beneficio puede obtener, con la cesión de Aleñá a un equipo con un estilo de juego tan diferente al suyo como es el del Getafe. Más allá de que acabe siendo protagonista o no, su perfil no creo que sea el idóneo para el tipo de fútbol que propone Bordalás, lo que me obliga a dudar de la conveniencia de la operación. Es evidente que jugar en el primer equipo del FC Barcelona es muy complicado y que no todo el mundo tiene sitio, pero el club y sus responsables deportivos están obligados a gestionar sus recursos con una mirada amplia y, sobre todo, alejada del cortoplacismo. Las cesiones son un recurso que también hay que planificar.

Y eso pasa por trazar una hoja de ruta específica con cada futbolista con un objetivo muy claro, su revalorización a nivel deportivo. Esto no pasa en el Barça, que cede demasiado a menudo a sus jugadores porque sobran o, incluso, para ahorrarse sus fichas y aligerar la masa salarial. Me parece un grave error porque, con una mejor gestión de este tipo de préstamos, el club saldría ganando tanto a nivel deportivo como económico. Ahí está el ejemplo del Real Madrid, que sí ha sabido rentabilizar en todos los aspectos las cesiones de futbolistas como Carvajal al Bayern Leverkusen, Reguilón al Sevilla, Odegaard a la Real Sociedad o Achraf al Borussia Dortmund. De eso se trata, de convertir este tipo de operaciones en un beneficio deportivo y/o económico a medio y largo plazo.

El Barça debería contar con tres o cuatro clubs ‘amigos’ cuya idea futbolística sea similar a la suya y cuyas necesidades deportivas sirvan para que quienes no tienen hoy sitio en el primer equipo puedan tenerlo el día de mañana. Entiendo la postura de Aleñá y su deseo de seguir creciendo para ganar experiencia, pero creo que la operación no es especialmente beneficiosa para el Barça ya que no existe ninguna garantía de que acabe jugando todo lo que no ha jugado con Koeman. Ojalá lo haga y tenga mucha suerte porque es un jugador que me encanta, pero el tema de las cesiones seguirá siendo una asignatura pendiente para este club, que debe empezar a gestionarlas de forma mucho más eficaz.

El fútbol femenino vivió un día histórico

El derbi disputado entre Barça y Espanyol en el Camp Nou fue otra muestra más del crecimiento imparable que está teniendo el fútbol femenino en nuestro país. Este partido forma ya parte de la historia de la sección blaugrana, pero no solo se trata de un gran paso para la entidad, sino para el deporte en general. Fue, además, un premio merecidísimo para unas futbolistas que dignifican el juego y que, estoy seguro, se repetirá en el futuro. 

Me alegré de forma muy especial por Marta Torrejón, cuya carrera he seguido desde que era alevín y a la que tuve entonces el honor de enfrentarme. Ella defendía los colores del Espanyol y yo los del Barça. Soy muy consciente de todo el sacrificio y el esfuerzo que han realizado durante muchos años quienes forman el fútbol femenino, por eso me ilusiona mucho ver que, poco a poco, se están logrando metas impensables hace relativamente poco tiempo. Queda aún mucho por hacer, pero haber disfrutado de un derbi en el Camp Nou es ya una enorme satisfacción.