La implosión del ‘star system’ brasileño

Asalto al Congreso en Brasil.

Asalto al Congreso en Brasil.

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Brasil vivió el domingo una jornada negra. El país amaneció con la noticia del fallecimiento de Roberto Dinamita, el mayor ídolo de la historia del Vasco da Gama que tuvo un paso fugaz por el Camp Nou la temporada 79-80, y, por la tarde, hubo un intento de golpe de estado. La sede del Congreso, el Supremo y el palacio presidencial, en Brasilia, fueron invadidos por unos 4.000 seguidores fanatizados del expresidente Jair Bolsonaro, que no aceptan la victoria electoral de Lula da Silva y piden una intervención militar. Dos mil de ellos ya han sido detenidos. 

La comunidad internacional condenó las invasiones y cerró filas en torno a la figura de Lula, que ha salido reforzado de la crisis. La Unión Europea, Joe Biden, el gobierno chino, Vladimir Putin, Emmanuel Macron o Pedro Sánchez mostraron su solidaridad con el veterano dirigente.

Ante tamaña consternación planetaria, lo lógico es que la legión de internacionales brasileños, en activo o ya retirados (que ejercen como embajadores del país allí donde están) mostrara públicamente su compromiso con la democracia restablecida en su país en 1985... pues no.

Haciendo un paseo por las cuentas de Instagram de este ‘star system’ no hay ni rastro del triple asalto a Brasilia, empezando por Neymar Jr., que apoyó incondicionalmente a Bolsonaro en las dos últimas presidenciales. Tampoco se han mojado los pesos pesados en Qatar 2022, ni Dani Alves (otro bolsonarista declarado), ni Thiago Silva, ni Marquinhos, ni Casemiro, ni Vinicius Jr., ni el blaugrana Raphinha... El silencio también se apoderó de Ronaldo,  Rivaldo, Ronaldinho  o Kaká, que estuvieron presentes en el último Mundial invitados por la FIFA. Romário habló, pero porque es senador.

Quién rompió la norma fue Richarlison, que reprodujo la publicación de la CBF, en la que el organismo mostraba su preocupación porque la camiseta de la Seleçao, secuestrada por la extrema derecha, “sea utilizada en actos antidemocráticos y de vandalismo”. Y es que el bolsonarismo se ha apoderado del ‘verdeamarelo’ y la gran mayoría de golpistas del asalto de Brasilia llevaban la camiseta canarinha.

En un momento dramático, en un combate entre totalitarismo y democracia, crea desazón y pesadumbre comprobar tamaña alienación y falta del mínimo sentido de empatía y cultura democrática de los futbolistas brasileños. ¿De qué sirve profesar idolatría o algún grado de admiración a quien da la espalda a su propio país cuando está en juego los mínimos principios de convivencia?