Una imagen que duele... aunque sea solo unas horas

Messi, ante el Villarreal la pasada temporada

Messi, ante el Villarreal la pasada temporada / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La imagen duele. Mucho. Aunque, afortunadamente, no tendrá consecuencias. Pero es una cuestión de prestigio. Y eso cuenta. Sobre todo para un Barça que ha perdido tanta reputación internacional en los últimos años. Duele que hoy Messi no sea, oficialmente, aunque sea solo por unas horas o por unos días, jugador blaugrana. Por primera vez desde junio del 2005, el crack argentino no tiene contrato con el Barça. Expiró ayer, 30 de junio. Y aunque sea una situación anecdótica, circunstancial, absolutamente pasajera, dice mucho de lo mal que se han hecho las cosas en el club desde hace ya demasiado tiempo. La relación Messi-Barça no puede estar pendiente de unos flecos (más o menos importantes, más o menos intrincados, según las versiones) cuando ambas partes han tenido más de tres meses (Laporta tomó posesión como presidente el 17 de marzo) para negociar la renovación. Sabiendo, como sabemos, que Messi quiere seguir y el Barça quiere que siga, debería ser más sencillo cerrar un acuerdo. La complejidad de un contrato de estas características (con importantes derivadas financieras y fiscales) no puede dejarse para la prórroga... 

Lo único que deja a los culés más o menos tranquilos (justo la única palabra que utilizó ayer el presidente cuando se le interrogó sobre Messi: “¡Tranquilos!”) es que saben, tienen el convencimiento absoluto, de que el crack argentino vestirá la nueva camiseta blaugrana la próxima temporada. Hoy no. Mañana, puede que tampoco. Pero más pronto que tarde, Messi estampará su firma en su décimo contrato como culé. Que esta vez no podrá ser ya una renovación. Sino que será un fichaje. El mejor fichaje de la historia del Barça. Y los socios y aficionados barcelonistas volverán a respirar tranquilos. Y se olvidarán del polémico burofax del pasado agosto. Y de la incertidumbre de estos últimos meses. Porque después de 778 partidos y 672 goles nadie puede imaginarse un Barça sin Messi. Todavía no ha llegado ese terrorífico momento...