La igualdad Cristiano-Messi es una fabricación mediática

Cristiano y Messi mantienen un pulso por convertirse en el primer jugador que llega a los 100 goles en Europa

Cristiano y Messi mantienen un pulso por convertirse en el primer jugador que llega a los 100 goles en Europa / EFE/AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

París coronó ayer a Cristiano con su quinto Balón de Oro, un reconocimiento a un jugador extraordinario. Cristiano es un ejemplo de deportista que ha sabido llegar mucho más lejos de lo que el destino le había reservado: posee infinidad de recursos y una muy buena técnica pero no tiene ni la visión ni el talento ni la capacidad con la que han nacido muchos otros. En cambio, ha sabido compensar sus carencias cultivando su físico y sacándole el máximo rendimiento hasta límites insospechados, y todo esto combinarlo con un carácter ganador y un espíritu de superación que le lleva a no darse nunca por vencido, una cualidad que en el deporte es fundamental. En Cristiano todo es trabajo, sacrificio y constancia, a pesar de su imagen cultivada por él mismo de ególatra y mimado. Parte de su éxito es que ha logrado crear la ficción de que estaba compitiendo por el trofeo virtual de mejor jugador del planeta con Leo Messi, una ficción que ha sido aceptada por algunos periodistas y parte del entramado mediático porque estas competiciones fascinan y venden a partes iguales. La ficción llegó ayer a su cénit, cuando Cristiano recogió el quinto balón de oro, los mismos que tiene Messi, aunque parezca increíble. La pretendida igualdad entre los dos es una aberración futbolística pero es una brillante fabricación mediática que, de tanto repetirla, más de uno se ha creído. Cristiano es un grandísimo jugador, pero el peor favor que puede hacérsele es compararlo con un extraterrestre que no viene de este mundo. Que Cristiano se levante hoy con los mismos balones de oro que Messi puede llevar a la confusión a más de uno. José Echegaray y Gabriel García Márquez fueron los dos escritores, los dos en lengua española y los dos premios Nobel de Literatura, pero la historia ha puesto a cada uno de los dos en su sitio. Cristiano puede ganar todos los balones de oro que quiera, pero la gloria será siempre para Messi.