La hora de Dembélé: triunfo o traspaso

Ousmane Dembélé tendrá otra oportunidad en el Barça

Ousmane Dembélé tendrá otra oportunidad en el Barça / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

A la cuarta va la vencida. O eso, al menos, es lo que el Barça espera que suceda con Dembélé. Después de tres temporadas nefastas marcadas por las lesiones, el extremo francés (fichado en agosto del 2017 por 105 millones fijos más 40 en variables) tiene que explotar sí o sí esta campaña. Koeman cuenta con él, confía en la calidad y el desequilibrio del galo, y espera que sea un futbolista clave en su proyecto. Dembélé debe aprovechar la que, sin duda, es su última oportunidad de triunfar en el Barça.

El calvario de sus problemas físicos (ha tenido 9 lesiones musculares, que le han tenido 512 días de baja) y su vida personal poco adecuada para un profesional han marcado, negativamente, estos tres primeros años de su contrato de cinco. Jugó su último partido el 27 de noviembre del 2019 y el sábado, en el primer amistoso de la ‘era Koeman’, tendrá la opción de volver a ponerse la camiseta blaugrana. 

Han pasado más de ocho meses (con una complicada intervención quirúrgica de por medio) en los que Dembélé ha sido un ‘fantasma’ rodeado de un secretismo absoluto. Nadie se ha atrevido a pronosticar nada sobre el regreso del delantero. Ni la fecha. Ni su estado de forma. Ni si la recuperación ya es absoluta. Con Dembélé no hay quien se pronuncie. Lógico, teniendo en cuenta sus terribles antecedentes: solo ha disputado 74 partidos con el Barça en tres temporadas (casi ninguno completo) y ha marcado 19 goles (con 17 asistencias). De hecho, se ha perdido más partidos por lesión (80) que los que ha jugado.

Un mal presagio para ser optimistas. Pero hay que serlo. Hay que confiar en que Dembélé, definitivamente, haya solventado sus problemas físicos. Y, también, que haya entendido cómo debe ser la vida de un futbolista profesional fuera de los terrenos de juego: alimentación y descanso adecuados. A la cuarta tiene que ir la vencida para Dembélé. Porque no hay otra. O triunfo o traspaso.