La hora del VAR

Javier Tebas, entre los denunciados

Javier Tebas, entre los denunciados / EFE

Carles Sans

Carles Sans

Nos habíamos pasado años implorando justicia después de estrepitosos fallos arbitrales. Pedíamos a gritos un ordenador capaz de poder analizar las jugadas dudosas para así quitarnos de en medio las sospechosas decisiones que según muchos beneficiaban siempre a los mismos. Por fin llegó el llamado VAR a imponer justicia, y ¿qué ha ocurrido? Que a pesar de que las máquinas inteligentes nos enseñan lo que hay, los árbitros las interpretan mirando lo que más les conviene. Es sabido que el ser humano es capaz de defender o atacar una misma cosa según sus intereses. Y como no hay peor ciego que el que no quiere ver, pues ya la tenemos armada. En estas jornadas posconfinamiento en casi todos los partidos que ha jugado el Real Madrid, y algunos también del Barça, ha habido polémica. Yo he llegado a la conclusión que lo del VAR es peor que antes. Porque en tiempos previos al VAR aceptábamos, aunque fuese desconfiando, el error arbitral, presumiendo que el colegiado y sus asistentes no habían visto una jugada. Pero es que ahora los árbitros que están en la sala de monitores se la pueden repetir una y mil veces, y sin embargo, en según qué casos no lo hacen. No ayuda tampoco que el presidente de la Liga, Javier Tebas, diga que el VAR hay que mejorarlo. Y que nos revele una llamada telefónica que en su día hizo el “Verbo hecho carne” –ustedes ya saben de quién hablo– para que se cambiasen algunos criterios. ¡Amigo! ¡Con el Madrid seguimos topando!

No quiero recurrir al Madrid para llorar el triste papel del equipo blaugrana en estos últimos partidos posconfinamiento. Salvo el Barça contra el Villareal, los demás partidos han sido impropios de jugadores tan buenos. Pero molesta mucho que jugadas que los aficionados claman para ser revisadas, los árbitros del VAR las ignoren. Otra cosa que me disgusta y que ha traído la tecnología: los goles ya no se celebran como antes; no con la arrolladora alegría de antaño. Ahora los goles se han de revisar a posteriori, lo que supone un considerable “corte de rollo”.

O mejora el VAR o volvemos a lo de antes, que tenía más gracia.