La hora de creer en Riqui Puig

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Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La baja de De Jong ha destapado una de las carencias de la plantilla que, sin duda, tiene mucho que ver con el fútbol plano, sin chispa, imaginación ni creatividad que ha desarrollado el Barça en los últimos partidos.

Marcar un solo gol ante Sevilla y Athletic es sinónimo de falta de profundidad y capacidad para crear ocasiones. Problema del centro del campo, de la sala de máquinas, evidentemente. Sin De Jong, solo Arthur tiene las condiciones técnicas para llevar la manija del equipo, marcar el tempo del juego, imponer el ritmo que mejor le conviene al equipo en cada circunstancia de juego.

Poco es, y menos todavía si, como sucedió en Sevilla, el brasileño no salió en la alineación inicial. Y poco sigue siendo si no está en su mejor momento de forma, a tenor de lo que le cuesta mantener una línea regular de juego. Así que cuanto más protagonismo tengan Rakitic Vidal como lugartenientes de Busquets, más dependerá el equipo del físico y la intensidad en perjuicio del toque y la creatividad. 

CUESTIÓN DE CLASE

La renovación post Xavi Iniesta no ha sido efectiva. Es una certeza que el centro del campo ha perdido calidad. Fichajes importantes pero fallidos, como André Gomes y Coutinho, no funcionaron, el de Arthur no se ha asentado y solo De Jong aporta un toque de distinción que se corresponde con el ADN Barça.

La cantera, por su parte, no ha tenido protagonismo. Aleñá ha tenido que buscarse la vida en el Betis y Riqui Puig, al que el talento se le ve a la legua, aparece en cuentagotas. Su última aparición, ante el Athletic, revolucionó en positivo al equipo. Los mejores momentos del Barça surgieron a partir de sus botas y el propio Setién reconoció que es así cómo se gana la titularidad.

Le tomamos la palabra. Es la hora de Riqui. Sin De Jong, y ya no les digo nada el sábado en Vigo sin Busquets, su presencia se hace casi imperativa. Si queremos creatividad, pase y profundidad, hay que buscarlo en Arthur Riqui. No hay más.

Rakitic Vidal hacen un buen trabajo, necesario, pero la clase la han de poner los que la tienen. Ahora se verá si el entrenador cree en Riqui Puig, que esperemos que sí.