Honor croata, Mundial francés

Francia se llevó la victoria, pero Croacia lo dio todo en la final

Francia se llevó la victoria, pero Croacia lo dio todo en la final / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Croacia, fútbol callejero. Francia, juego académico. Croacia, identidad tras las bombas. Francia, diversidad e inmigración.  Croacia, resiliencia. Francia, indestructible. Honor para los croatas, Mundial para los franceses. ¿Por qué? Por esa añeja pero universal ley no escrita que rige el fútbol: las finales no se juegan, se ganan. Y Francia ganó. Con su receta: defensa de roca, robo y estampida a la contra. Gusta poco, funciona mucho. Sus poderes: en el fondo, un muro tan precoz como impenetrable, con Pavard (de más a menos) y Lucas (sobresaliente) en las alas, reforzados por una pareja titánica, Varane y Umtiti, los dos mejores centrales del mundo, imperiales. Por delante, un centro del campo con tres perros de presa incansables, Kanté-Pogba-Matuidi, tipos programados para cualquier guerra que, si se lo propusieran, podrían invadir un país mediano. Y arriba, un ataque compuesto por un obrero -Giroud- y dos artistas geniales, Mbappé y Griezmann. Kylyan es una manada de búfalos en el cuerpo de un niño de 19 años, un diamante aún por pulir, un terremoto 7,5 en la escala Richter, una moto humana que cuando arranca, provoca que tiemble el piso. Antoine es otra cosa. Un genio maduro que gobierna, duerme o acelera el partido. Un Napoleón de bolsillo que genera fútbol, crea espacios y se sacrifica por el equipo. Si el rey de este juego es Messi, Antoine es el principito.

Los croatas, que compitieron hasta el tuétano, comprobaron que los goles no se merecen, se hacen. Dieron una lección de supervivencia en situaciones límites, pero murieron en la orilla. Modric -Balón de Oro del torneo-, Rakitic, Perisic y compañía lo tuvieron cerca. Pero cerca, en fútbol, en realidad, significa lejos. Francia, con un físico exuberante y un contragolpe terrorífico logró su segunda estrella. Deschamps, criticado ferozmente por dejar en casa a Benzema y Rabiot, volverá a su patria como un héroe nacional. Fue a Rusia a ganar y ganó. El Mundial del VAR y las jugadas a balón parado, incluso el de los porteros, dejó nombres propios para el once ideal del torneo: Courtois, Trippier, Umtiti, Varane, Lucas; Rakitic, Modric, Hazard, De Bruyne; Mbappé y Griezmann. Y sobre todas las cosas, deja un reconocimiento colectivo: honores para Croacia y Mundial para Francia