¿Para cuándo un homenaje del Barça a Messi?

Angel Di María recibió el sábado un homenaje enel Parque de los Príncipes por sus siete años en el club; Dybala fue aplaudido desde el centro del campo por su afición al cerrar su etapa en la Juventus; Chiellini también fue despedido a lo grande en ese mismo estadio; Kun Agüero estuvo en Manchester para inaugurar una estatua que recuerda un gol que dio un título al City y toda su trayectoria; Luis Suárez se fue llorando del Wanda donde solo ha estado dos temporadas...

El fútbol entiende que despedir bien a sus jugadores referencias es un acto que dignifica al club y al jugador y satisface a la afición por generarse un espacio para expresar sus sentimientos hacia alguien que ha generado emociones. Al Barcelona le costó aprender esta tendencia pero lo logró: Puyol se fue como lo que fue, un crack; Xavi también dijo adiós con todos los honores y la marcha de Iniesta también estuvo a la altura. Bartomeu supo poner en valor un activo del club y promovió este tipo de actos que dignificaban al club azulgrana. Y la afición quedó satisfecha por aplaudir por última vez a estos jugadores que fueron ídolos.

Aparcado

El Barça tiene en el tintero un acto de estas características con el jugador más grande de la historia del club y del fútbol. Nunca hubo nadie que hiciera tanto por el Barça y nadie como él hizo disfrutar a la afición. Leo Messi se fue llorando en un acto dignísimo en el auditori del club, rodeado de periodistas, directivos y jugadores. Pero... ni un aficionado estaba allí presente para aplaudirle por última vez, para agradecerle todo lo que ha hecho por esta camiseta, para rendirle homenaje. Entre el covid y la fecha (finales de julio) no hubo espacio para más. La tensión entre Laporta y Messi tampoco ayudaba.

Hoy, uno se pasea por el Camp Nou y no hay rastro que Messi estuviera durante 17 años por allí, que durmiera en la Masia, que se formara en el Mini, que deslumbrara al mundo en el Camp Nou. Messi es pasado del Barça pero el club no le saca brillo. Por eso es preciso replantearse si el Barça debe mover pieza para que Messi vuelva al estadio y sea despedido por la afición que tanto lo amó. O si al lado de la estatua de Kubala debe estar una de Messi. O si el torneo Joan Gamper deberá pasar a llamarse Leo Messi. Messi no volverá al Barcelona como jugador. Los caminos se han separado pero esto no quiera decir que hay desaparecido estos lazos entre él, el club y la afición. Y cerrar el círculo que todavía está abierto sería una buena manera para normalizar la relación entre el club y el jugador más grande que jamás tuvo.