El hombre que nos puso a todos de acuerdo

Un comunicador único

Un comunicador único / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Muy de vez en cuando aterriza en el mundo un hombre capaz de suscitar la admiración y respeto de personas de cualquier ideología, raza, condición o equipo de fútbol. Michael Robinson ha sido uno de estos rarísimos casos, como demuestra la profunda conmoción que ha causado su muerte en el mundo del fútbol, sin importar el equipo, y en el mundo del periodismo, sin importar el medio.

Curiosamente, su éxito como jugador de fútbol (fue campeón de la Copa de Europa con su Liverpool el 1984) fue eclipsado por su popularidad como comentarista de televisión, un medio al que revolucionó con un nuevo lenguaje. Sus ingredientes para esta feliz alquimia periodística fueron su humor (siempre compatible con el respeto), su pasión, su extraordinaria inteligencia, y su admirable capacidad para diseccionar un partido con una frase cuando ni siquiera se había terminado.

Pero el éxito de Robinson tiene que ver con algo más profundo: su voz fresca y simpática, con incorrecciones que todavía lo hacían más cercano, suponía una novedad en un panorama radiofónico y televisivo donde todo se narraba todavía desde una óptica centralista y en muchos casos indisimuladamente madridista. La irrupción de Robinson, junto con Carlos Martínez y el excelente equipo de Canal Plus, coincidió en el tiempo con la eclosión del ‘Dream Team’, y el nuevo orden que Cruyff instauró en el fútbol fue acompañado en paralelo de una nueva sensibilidad también en el periodismo.

En aquellas retransmisiones, por primera vez en España, se elogió sin límites y con entusiasmo el juego del Barça, y fue precisamente la voz de Robinson la que ayudó a cambiar definitivamente el orden establecido. Desde este punto de vista, se entiende mejor el reconocimiento que le otorgó el Barça con el prestigioso premio Manuel Vázquez Montalbán que, según contó él mismo, fue una de las grandes alegrías de su vida. En un país donde nadie es capaz de superar sus diferencias, Michael Robinson será recordado por habernos puesto de acuerdo a todos en algo. La unanimidad es absoluta: no habrá ningún otro como él.