Hay que clarificar ya el futuro de Valverde

Como ya es habitual, la pérdida de un título, aunque menor, ha dejado señalado a Valverde, el blanco fácil por antonomasia. El ruido que hay alrededor del entrenador del Barça vuelve a ser ensordecedor por mucho que el club se esfuerce en ratificarlo (eso sí, off the record) y por mucho que los pesos pesados del equipo, con Messi al frente, hayan salido una vez más a defenderlo. Es paradójico que el técnico más cuestionado de la historia reciente del Barça sea a la vez el más defendido por la plantilla. Como también es paradójico que los ataques más virulentos contra Valverde se produzcan justamente el día en el que el equipo jugó el mejor partido de la temporada y en el año en el que ha sido capaz de agitar más al equipo y de tener sus primeros gestos significativos a favor de la cantera (Ansu Fati y Carles Pérez).

Por todo ello, parece tan improbable que sea cesado en mitad de la temporada como que continúe el año que viene. Cierto, en el mundo del fútbol cualquier derrota o cualquier victoria imprevistas pueden provocar un vuelco en el guión que ya estaba escrito, pero ni se ve al club con fuerzas para destituir al entrenador ahora mismo ni se ve al entrenador con fuerzas para continuar el año que viene. La relación entre el Barça y Valverde sufrió una gran erosión en la primera eliminación contra la Roma, estuvo al límite de romperse tras la debacle de Liverpool y da la sensación de que, desde entonces, las dos partes han firmado una tregua de conveniencia, sin ningún entusiasmo, pero con un horizonte que difícilmente irá más allá de junio de este año. Es una relación precaria, que se degrada a cada derrota, y que lentamente pone en riesgo la propia estabilidad de la institución. En estos momentos, para el club es tan peligrosa la fragilidad de Valverde como la indefinición sobre su futuro. Estaría bien que se clarificara cuanto antes su futuro y se rebajara la tensión. No puede ser que a cada derrota #ValverdeVeteYa se convierta en trending topic mundial.