Hay que creer en Honda. Y en los Márquez

Marc Márquez

Marc Márquez confiesa que vuelve a la Honda que tenía en Malasia

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

No podía tener un mejor “teaser” el GP de Portugal con el que este fin de semana arranca en Portimao el mundial de MotoGP. En el test que hicieron en ese mismo lugar la semana pasada, casi una docena de pilotos rodaron por debajo del récord de esta pista (ninguno de Honda entre ellos), y los dieciocho primeros lo hicieron en un margen de menos de un segundo.

Pero toda moneda tiene dos caras: siete Ducati se metieron entre las diez motos más rápidas… y Marc Márquez acabó decimocuarto, a ocho décimas de un intratable Bagnaia y por detrás de su nuevo compañero de box, Joan Mir, con la primera Honda en la tabla de tiempos.

Números en la mano, la situación parece complicada para los escuderos de la marca del ala dorada. Pero hay que ir más allá de lo que parece indicar la hoja de tiempos combinada de las dos sesiones en el circuito del Algarve porque, a veces, la realidad se esconde más en el fondo de esas mismas hojas. O al menos lo parece. Y sobre todo porque hay que conocer qué se ha hecho durante cada una de las seis jornadas de pretemporada realizadas en lo que va de año: cuatro en Sepang (algunas condicionadas por la lluvia) y dos en Portugal.

Hasta el último día en la montaña rusa lusitana (cuyas escapatorias preocupan un poco a los pilotos por el tamaño de la grava que hay en ellas) Márquez estuvo trabajando para la marca. Pero el último lo hizo para él, e hizo algunas tandas largas simulando situaciones de carrera que dejan un cierto espacio a la esperanza.

No suficientes aún para aspirar a la victoria, pero que permiten atisbar una lucecita, pequeña eso sí (de esas de bajo consumo y tono amarillento aún), al final del túnel.

Marc nunca cuenta muchas cosas en pretemporada para no dar pistas, y en Portimao se quedó parado en la pista un par de veces con problemas mecánicos, lo cual es malo, y también besó el suelo en alguna ocasión, lo cual es bueno. Para eso están los entrenamientos de pretemporada: para probar la fiabilidad de la moto, y para encontrar con ella los límites del pilotaje; y sobre todo para hacer la moto adecuada… que de momento parece que siguen sin encontrar. El de Cervera ha ensayado más de cuatro chasis distintos en estas pruebas y ninguno parece haberle convencido absolutamente. Por otra parte, la moto sufre problemas de tracción y en las rectas cortas le cuesta llegar a una buena velocidad punta. Preocupante.

Dicen que pasadas las primeras carreras dispondrá de un chasis y unos escapes fabricados por proveedores externos. Si Soichiro Honda levantara la cabeza… Pero hay que seguir creyendo en Honda. Démosles cinco carreras más. Pero ni una más… ¡Qué no nos embauquen!, que diría quien ya saben.

Y sobre todo hay que creer en Márquez. O mejor dicho: en LOS Márquez. Por que no hay que olvidar tampoco al “nuevo” Alex Márquez, que revitalizado ahora con la Ducati aspira a lo máximo en una pista donde en 2001 fue cuarto y el año pasado séptimo. En Portimao se encuentra a gusto, y aunque también cayó en el test sabe que este año se la juega mucho.

Cupra