El hambre de Alonso

Fernando Alonso en su etapa en Renault

Fernando Alonso en su etapa en Renault / AFP

Pere Mas

Pere Mas

Sólo podía ser por la puerta grande y así ha sido. La confirmación del retorno de Fernando Alonso a la Fórmula 1 ha desatado una ola de alegría indisimulada en los medios. Tiene muchos elementos que lo convierten en una historia atractiva: volver tras dos años de parón, la cercanía de sus 40 años, la guerra que puede desatar con Carlos Sainz o que Alonso llevó España y la Fórmula 1 a su máximo esplendor mediático.

Los elogios han llovido de todas partes empezando por un realista David Alonso que anticipaba el análisis en Onda Cero “Renault no es el equipo soñado por Fernando pero si la mejor opción posible, vuelve porqué es un corredor, un ganador”, pasando por un Pedrerol en “Jugones” encantado “es insaciable, sabe que no tendrá el mejor coche pero tiene la ilusión del primer día” y terminando en “Deportes Cuatro” donde le añadían un toque interpretativo “con el cambio de reglamento las escuderías se igualaran mucho más”, dando más posibilidades al asturiano.

Pero que no se haga ilusiones con esta amabilidad mediática, falta tener un poco de memoria para recordar como su figura polarizó en el pasado y las castañas que unos y otros le propinaban. Y, por cierto “¿la edad será un problema?” le preguntó Manu Carreño Joan Villadelprat en Onda Cero. “Normalmente la edad y la buena vida te hacen perder el hambre pero si ha vuelto es porqué tiene ganas”. ¡Prepárense!