Había una vez un circo

Messi ha participado en el entrenamiento

Messi ha participado en el entrenamiento / FCB

Carme Barceló

Carme Barceló

Las y los lectores de una cierta edad tararearán conmigo, seguro, el título de este artículo mientras visualizan a los entrañables Gaby, Fofó, Miliki y Fofito. Las y los más jóvenes, quizá, tengan como próximo referente el espectáculo con el que Le Cirque du Soleil rendirá homenaje a Leo Messi.

Dos conceptos muy distintos del mundo del circo, desde luego, que podríamos extrapolar a otras realidades. El de la familia televisiva dirigido un público infantil, familiar, poco exigente, de broma fácil, humor muy blanco y escasa complejidad. Lo de compañía teatral canadiense es otra cosa. Un espectáculo que invoca la imaginación, que es diferente, que despierta los sentidos y las emociones y que es arte puro.

Pues bien, Le Cirque du Soleil ha decidido inspirarse, según sus propias palabras, “en el increíble talento y los logros de la leyenda del fútbol, que encarna el espíritu y los valores únicos de su deporte”, basando su espectáculo en Messi y el legado que nos dejará a todos. 

Mientras conocíamos la noticia y en paralelo, la web de la revista France Football eliminaba una encuesta en la que Leo arrasaba como merecedor del Balón de Oro. Teniendo en cuenta que dicha publicación organiza los fastos del premio y que ya ha dedicado su última portada a Griezmann, no le dio la vida para borrar con rapidez los resultados.

Más de 700.000 votos y un 48% eran para el crack argentino. Toda una declaración de intenciones del pueblo llano que le otorga a Messi su valor real, independientemente de los títulos colectivos conseguidos. En este circo de intereses y vanidades actúan muchos. Pero él, no. Parece una broma de mal gusto que aún exista el debate de quién es el mejor futbolista del mundo. Hay que llenar la pista y seguir promocionando actuaciones, algunas de risa, para que no lloren los niños ni los mayores. Cuando uno es de otra galaxia, le dedican un espectáculo excelso. A otros, en sus circos les crecen los enanos.