Haaland y el futuro del fútbol pos-covid

Haaland, en la órbita del Barça

Haaland, en la órbita del Barça

Albert Sáez

Albert Sáez

La pandemia que nos azota desde hace un año está generando un mundo nuevo que no descubriremos plenamente hasta que la vacuna nos permita volver a la realidad. El fútbol y el deporte no son ajenos a este fenómeno aunque algunos no quieran verlo. Los ingresos por taquilla y por ‘merchandising’, o han desaparecido o están a cero. Los derechos de televisión ya no valen lo que dicen los contratos, como se ha visto en el conflicto entre Mediapro y la Liga francesa.

En este contexto, lo único que mantiene a medio gas la burbuja económica del fútbol son los llamados clubs-estado que inflacionan los precios de los fichajes sabiendo que los jeques del petróleo nunca van a recuperar esa inversión si no es con la satisfacción de su ego o con los negocios paralelos que pueden hacer en los palcos. Veremos si el huracán verde que se prepara en el consumo les sigue permitiendo darse este lujo.

Así las cosas, asistimos a la puja por el fichaje de Haaland con un precio de salida de 180 millones de euros. ¿Puede, quiere, debe participar el Barça en esa subasta? De entrada, el Barça no puede renunciar a nada, ni por su trayectoria ni por su ambición. Además, el técnico necesita a alguien para reforzar esa posición. Pero, ¿debe hacerlo la nueva directiva sabiendo ya que la caja no solo está vacía sino que cada euro que entra se lo llevan los créditos? Debe, aunque solo sea para subir el precio y debilitar financieramente a sus rivales más directos en España y en Europa.

Pero los socios y aficionados no deberíamos encariñarnos por Haaland, no nos deberá decepcionar si no viene. Debemos estar más pendientes de la recuperación de Ansu Fati, una de las piezas claves del nuevo círculo virtuoso que no arrancará gracias a fichajes millonarios sino al poner en valor esa columna vertebral de la experiencia con ese grupo de jóvenes con el que Koeman está recreando eso tan sagrado que llamamos el estilo.