La gran obra de Guardiola

Guardiola durante la vuelta de las semifinales de la Champions contra el PSG

Guardiola durante la vuelta de las semifinales de la Champions contra el PSG / EFE

Guillem Balagué

Guillem Balagué

Estamos presenciando la mayor obra de Pep Guardiola en toda su carrera. El Manchester City que está a punto de ganar la liga y que está a un paso de la Champions, es por primera vez una plantilla moldeada para él (incluso Kevin De Bruyne, firmado antes de su llegada pero con su aprobación) que ha rendido de manera excepcional, pese a no poder contar apenas con su goleador Agüero, en un contexto único que afectaba a la preparación física, la elección de jugadores, el contenido en los entrenamientos… Un montón de preguntas nuevas que tuvieron su respuesta adecuada.

La campaña contó con varios momentos clave. En octubre, Pep Guardiola viajó a las Maldivas para relajarse con el dueño del club, Khaldoon Al Mubarak, que consiguió seducirle para que continuara no un año, sino dos más. “Seguiremos ganando, quédate”, le dijo y Guardiola aceptó que el City sería su casa durante siete años, algo inconcebible hasta ahora para alguien con un culo tan inquieto.

El cuerpo y la dirección técnicos (con un Juanma Lillo que es, usando una frase lograda del entrenador Cristian Colás, más un mentor que un asistente al uso) decidieron que era necesaria una regeneración del equipo tras un inicio desesperante. La falta de vacaciones denotaba una falta de frescura y un 1-1 ante el West Brom en diciembre forzó un análisis conjunto. Pep aceptó la necesidad de cambio, pidió que los centrocampistas entraran más en el area, envió a Fodden y a Sterling a la línea de cal, se dieron más pases, se fijaron los puestos y con el refuerzo de Ruben Dias, una gran influencia positiva en la plantilla, y un Canceló versátil, el City se fue haciendo sólido. 

Se ganó con suerte al Southampton 0-1, pero no se salía de la mitad de la tabla, aunque habiendo jugado menos que el resto. Dos partidos determinaron la temporada: la victoria en Stamford Bridge por 1-3 (con los tres tantos en la primera media hora y una velocidad espectacular del balón) y el 1-4 en Anfield, los dos sin nueve: ya había equipo para las grandes ocasiones, un once que se fue repitiendo ante el Dortmund, el Tottenham, el Aston Villa (la derrota podía haber puesto al United a cinco puntos) y el PSG. 

La renovación de la plantilla es todavía necesaria pero el mercado no está para muchos trotes y además algunos jugadores se han revalorizado (John Stones, Fernandinho, Gundagan). Pese a ganar sin nueve, ese será el objetivo para este verano: un ariete que les marque goles. Así que se han puesto a la cola de los que sueñan con Erling Haaland.