La gran batalla del Kun Agüero

Este es el nuevo look del Kun Agüero

Este es el nuevo look del Kun Agüero / Google

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

No se lo han puesto nada fácil al Kun Agüero en su aterrizaje en el Barça. En el vestuario del Camp Nou esperaba ser vecino de taquilla de Leo Messi, pero al ‘10’ le dijeron que no había dinero para pagarle, que se buscara la vida. Una lesión, como todas inoportuna, no le ha permitido arrancar al mismo ritmo que sus compañeros. Y las dudas respecto a su edad y momento de forma sobrevuelan el siempre exigente entorno blaugrana. No parecen estos los mejores argumentos para empezar una carrera exitosa en el Barça. Sobre todo después de ser leyenda en Manchester, donde el City le construirá una estatua tras convertirse en el máximo goleador de su historia (260 tantos). Además, a los 33 años la ilusión suele ser un recuerdo borroso de juventud y la ambición por triunfar, en su caso, está más que satisfecha.     

Es incluso lógico llegar a pensar que el Barça aparece para él como la culminación de un currículum y no como el inicio de una etapa gloriosa. El Camp Nou es un estadio tan rígido en el escrutinio de sus futbolistas como cariñoso y su afición puede mostrarse tan cruel como generosa. Nadie va a pedirle que repita la grandiosa trayectoria vivida en Inglaterra, pero sí van a estar pendientes de que sus intenciones sean las mejores. No, no lo tendrá nada fácil porque uno de los objetivos de cualquier futbolista de su nivel, esa Champions que aún no ha ganado, aparece difusa en el horizonte, casi como un milagro.

Y, sin embargo, el argentino está ante una de las oportunidades más importantes de su vida porque el Barça necesita tanto al Kun como el Kun necesita al Barça. No existe en la plantilla de Koeman un futbolista como el argentino, al que se le caen los goles y cuya capacidad anotadora le llega de serie. Agüero es de esos jugadores marcados al nacer con el gol. Solo Ansu Fati tiene argumentos para acercarse a él, pero su carrera acaba de empezar.

La buena y la mala noticia para Sergio es que ya lo ha demostrado todo y, ante una paradoja así, solo cabe elegir un camino: querer mantenerse en lo más alto, lugar del que empezó a bajarse en su última etapa con Pep Guardiola, o dejarse ir. El Camp Nou le espera con cierto escepticismo, como en su día acogió a Larsson, que llegó gratis, a los 32 años, tras ser leyenda en el Celtic y acabó siendo uno de los héroes de la Champions de París. Si el Kun necesita algún consejo, que mire a su banquillo y pregunte por Henrik. Él le enseñará a librar la batalla más difícil de las que ha vivido, la de su interior.