Gracias Maradona, descansa Diego

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Manolo G. Crespo

Manolo G. Crespo

Se me fue Maradona. Cuando Diego llegó a Barcelona y lo conocí, era un chaval humilde, generoso, muy buena persona. Ese chico, que dio sus primero toques a una pelota en el  barrio de Villa Fiorito, revolucionó nada más llegar, el mundo de la prensa. Con él ya nada fue igual en el Camp Nou. De unos pocos periodistas en los entrenamientos se pasó a un desfile de medios. Con Diego todo siempre ha sido desmesurado. No tuvo suerte en sus dos años en Barcelona, primero la hepatitis, aunque muchos creen que fue una enfermedad venérea, y después esa entrada criminal de Goikoetxea.

Maradona tuvo tiempo de alternar golazos, como el de Belgrado o el que le metió al Madrid en la Copa de la Liga con ‘Sandokan’ Juan José estrellado en un poste, con disfrutar de la vida barcelonesa, esos asados, esas visitas a la ya desaparecida pizzería Corrientes 348 o a la discoteca Up&Down, feudo habitual de lo que se conoció como el clan Maradona.

Ese que pululaba por su casa de Pedralbes. Ibas allí y había por el suelo, en los sofás 25 tíos, esos que le llevaron por el mal camino. Y es que Diego era un crack del fútbol, pero un tímido al que no le gustaba estar nunca solo. Todo lo bravo que era en el campo y a la hora de ‘rajar’ de todo, lo tenía de frágil fuera. Eso, y las malas compañías, le llevaron a conocer la cocaína. Su lado oscuro. Claudia, su mujer, trató de protegerle hasta que ya no pudo más.

Diego dejó buenos pasajes en el Barça como aquel partido que viví en Manchester en el 84 que jugó con fiebre y en el que llevó debajo de la camiseta del Barça la de Argentina y es que la guerra de las Malvinas y esa rivalidad con los ingleses seguía presente. Cayó eliminado pero el barrilete cósmico se tomo la revancha en México 86 con gol de pícaro y golazo ante Inglaterra. Y así, sin tener más tiempo de disfrutarlo en el Barça, el 30 de junio del 84 en el aeropuerto del Prat en un despacho de Gaspart de los hoteles HUSA, se cerró su fichaje por el Nápoles mientras yo jugaba con sus sobrinos en una máquina de millón esperando un desenlace no  deseado. Aquel día se fue del Barça y ahora se ha ido para siempre. Gracias por todo el fútbol que nos diste Maradona y descansa en  paz Diego.