Goleadas, Cristianadas y adelante

Cristiano dejó a su equipo con diez durante una hora

Cristiano dejó a su equipo con diez durante una hora / EFE

Xavier Sardà

Xavier Sardà

Entrando en la zona de turbulencia, el Barça cumple y golea. La maratón de partidos se asume con una razonable tranquilidad que no debemos perder. El Madrid también pisa fuerte en Champions y notamos su aliento en el cogote. Necesitamos paciencia del personal y ciencia futbolística de los jugadores y técnicos. Adelante y suerte. Nuestros poco amistosos amigos siguen con sus prédicas.

Josep.- Hola, vengo a confesarme, Ave María Purísima.

Carlos.- Sin pecado concebida. Dime, hijo. ¿Qué pecados has cometido?

Josep.- Nada, que desde el partido del otro día, peco de engreimiento y de una sobredosis de chulería y de que no hay quien me aguante. Idolatro a Messi y a Dembélé.

Carlos.- Pero son pecados veniales. No veo yo que sea tan grave.

Josep.- Pero es que también he tenido malos pensamientos, padre.

Carlos.- ¿De qué tipo, hijo mío?

Josep.- De querer la desgracia deportiva de algunos equipos. De querer que la Roma se cepillase el miércoles a unos que yo sé. En fin, malos pensamientos.

Carlos.- ¿No será que quieres la desgracia del Madrid?

Josep.- Sí, padre, lo reconozco. No puedo disimularlo más, tengo que salir del armario. Soy anti madridista. Si. ¡Ya lo he dicho! Por otro lado, me alegré de la expulsión del Cristianito y de que acabase llorando como una magdalena. Es contradictorio, ya lo se. Pero el Madrid...

Carlos.- Pero hijo mío, esto está muy mal. Hay catalanes que son del Real Madrid y hay que respetarlos. Es poco solidario. Y lo del pobre Cristiano...

Josep.- Pues el otro día quería que perdiesen. ¿Cree que tengo perdón?

Carlos.- Solo hay una forma de redimir tus culpas y tus pecados. Solo una penitencia, hijo mío.

Josep.- Dígame padre, ¿que debo hacer para expiar mi culpa...mi grandísima culpa?

Carlos.- Pues yo te lo digo, pequeño saltamontes, que hoy pagues tú el vermut. Indulgencia plenaria.

Josep.- La Iglesia, siempre tan interesada. Bueno, está bien.

Carlos.- Otra cosa. ¿No crees que hace un poco de calor para que lleves la bufanda esta del Barça?

Josep.- No te creas, que igual cambia el tiempo de repente.

Carlos.- ¿Aquí en el bar?

Josep.- Nunca se sabe amigo, nunca se sabe. Bueno, de momento la cosa va bien y el Barça cumple en Liga y el otro día goleada.

Carlos.- Bueno, de momento fantástico. Lo único que no quiero es que cuando venga la pájara de la primavera, te me asustes .

Josep.- ¿Quieres no ser gafe?... Ni primavera, ni pájara ni hostias, tú. No empieces a provocarme terror psicológico. Siempre igual.

Carlos.- No pasa nada, los clubs tienen a veces bajones.

Josep.- Tú sí que tienes un bajón. ¿Qué quieres, que se repita lo de Roma? Tú no eres buen culé. Siempre estas pensando lo peor

Carlos.- Como buen culé. Venga, no me hagas caso y págate una ensaladilla rusa y la birra.

Josep.- Como esta el Messi nene, este año la Champions la ganamos. Te lo digo yo. ¡Esta bufanda da calor!

Carlos.- Estás desconocido. Así me gusta, optimista.

Josep.- Desde el 4-0, ya te digo que no hago más que pecar. Mejor así.

Carlos.- Bueno, seguimos en plena maratón. El domingo, Barça-Girona. A ver qu-e pasa, porque no estamos por empates.

Josep.- “Duelo fratricida”, que decían antes los locutores. Aquí pecaremos los unos y los otros. Que el sumo hacedor ayude al que lo merezca, y si es al Barça, mejor.