Dos minutos, una vida

El PSG accedió a las semifinales de la Champions League

El PSG accedió a las semifinales de la Champions League / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

DOS MINUTOS, UNA VIDA

El PSG, ese conglomerado de millones, empresas, nacionalidades y dólares que lleva años comprando talento sin ser capaz de armar un equipo, sobrevivió a sí mismo en cuartos de final. A dos minutos escasos de quedarse fuera de la Champions por enésima vez, a dos minutos de que la crítica volviera a escribir que, por más Mbappés y Neymares que fichen a golpe de oleoductos de gas y petrodólares, siguen siendo un grupo de tenores donde cada uno canta lo que le da la gana, a dos minutos del fin de Tuchel en el banquillo, el talento le ganó al orden. Tras 88 minutos en la tumba, <strong>el PSG volvió a la vida con un gol Marquinhos en el último minuto y otro de Choupo-Moutting en el alargue</strong>, clasificaron al PSG. Para el PSG, épico. Para la Atalanta, cruel. Fútbol.

OCHENTA Y OCHO MINUTOS

Ese tiempo estuvo Bérgamo, una ciudad cruelmente golpeada por la Covid-19 y con apenas 120.000 habitantes, pensando en completar una gesta heroica, llegar a la playa de las semifinales. La modesta Atalanta de Gasperini, el padre de la criatura había hecho un boquete en la Torre de Babel del PSG y estaba a dos minutos de rememorar la historia de David en Valle del Elah. Todo parecía escrito y heroico pero, de la nada, la carroza de Cenicienta se convirtió otra vez en calabaza. En apenas dos minutos. Para el PSG, épico. Para la Atalanta, cruel. Fútbol

LO ÚNICO

Zarandeado por la Covid-19 antes de viajar a Lisboa, el Atlético afronta su cruce con el ideario de Simeone claro. Cero distracciones y partido a partido. Son muchos los que creen que el destino le debe una Champions a los rojiblancos, pero son más los colchoneros que creen que, en vez de fiarse del destino, deben tomar lo que les pertenece. El epitafio final de la previa atlética fue “made in Simeone”: “Ganar no es lo importante, es lo único”. En el Alvalade, el Atleti espera las dos caras del destino: la cruz de la crueldad o la cara de la épica. Fútbol.