El último boy scout

Gerard Piqué celebró por todo lo alto el triunfo en el Bernabéu

Gerard Piqué celebró por todo lo alto el triunfo en el Bernabéu / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

El último boy scout del Bernabéu. Imperial dentro y fuera del campo, Gerard Piqué, leyenda y futuro presidente del club, ofreció un ejercicio defensivo memorable ante lo que queda del Madrid. Y su obra maestra tuvo lugar en el Bernabéu, ese templo que antes estaba maldito y ahora es el parque de bolas del Barça.

Gerard evocó la astucia de Baresi, la firmeza de Maldini, la jerarquía de Koeman y la elegancia de Beckenbauer para salir de la cueva. Líder nato, por elección y por convicción, fue el socio de todos: Gerard fue el último bastión de Ter Stegen, la coraza para proteger a Sergi Roberto, la pareja de baile de Lenglet, la columna trajana para Busquets y de propina, el guardaespaldas particular de Messi. Su exhibición fue digna de “El último boy scout del Bernabéu”. Ya saben: El agua moja, el cielo es azul, las mujeres tienen secretos y el Barça es mejor.

EuroGeta. Los números no engañan: el Getafe de Bordalás, un equipo de autor, serio, fiable, trabajado, de pierna dura y fútbol directo, ocupa plaza Champions. Un milagro maravilloso para nuestro campeonato. El Getafe, con un mérito incalculable, se ha colado en el coto privado de caza de los “grandes” con apenas 50 “kilos” de presupuesto y 39 de techo salarial. De locos. Mientras otros reniegan de su estilo, afean sus méritos y cuestionan sus métodos, Bordalás tiene a su equipo soñando con la Champions. Su Geta es más duro que los clavos de un ataúd y enamore o no por su filosofía de juego, exige y merece un respeto.

De cuento chino, nada. Si su fichaje fue por motivos comerciales, bien hecho. Y si fue por una cuestión futbolística, aún mejor. Fuera por negocio o por cualidades, el fichaje de Wu Lei es una medalla de la que puede presumir el RCD Espanyol. El chico lleva cinco partidos seguidos, tres como titular y un gol. Uno histórico, el del primer chino en la historia de LaLiga. Wu Lei tiene potencia, nervio, velocidad y descaro. Y de propina, puntería. Es un buen delantero, no  un cuento chino.