Gerard contra Gerard

Piqué y Gerard Moreno mantuvieron un intenso duelo

Piqué y Gerard Moreno mantuvieron un intenso duelo / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

Gerard contra Gerard

Todo parece apuntar que Piqué y Moreno no se irán nunca juntos de vacaciones. Con el recuerdo fresco de aquel derbi copero agrio, que derivó en un intercambio de palabras, una fea entrada y una posterior tangana, la historia volvió a repetirse. El reencuentro no defraudó: un gol del azulgrana por un remate al palo del jugador del “Submarino Amarillo”. De propina, mucho pique, varias entradas a destiempo, algún que otro “recuerdo a la familia” y muchísima tensión. Su historia de desafecto no es nueva, pero ayer volvió a recrudecerse. Esta vez, a los puntos, ganó Gerard. Del KO se ocupó un producto de la factoría La Masia: Carles Aleñá. El pase fue de D10S, al que han dejado fuera del podio del Balón de Oro unos “genios”. Perdónales Leo, porque no saben lo que vota

Personalidad desde el carril 

Carvajal volvió en plenitud, revitalizó al equipo, fue una locomotora al espacio y gobernó el partido con la misma autoridad y energía que lo hacía Hans Peter Briegel en la Alemania Federal de los ochenta. Vértigo, velocidad y personalidad. Tres en uno. Eso fue Carvajal, que se erigió en líder blanco y piedra filosofal sobre la que el Madrid de Solari tumbó a un Valencia que en el primer tiempo fue triste y en el segundo, ingenuo. El mérito del lateral fue doble: inclinó el campo y por el mismo precio, devoró a Guedes. Carvajal fue un depredador con el dos a la espalda y una personalidad del quince.

Abonado al empate 

Empieza a ser una marca registrada de la casa: el Atleti esta temporada siempre acaba marcando la casilla de la “X” fuera de casa. Punto a punto, el equipo del Cholo sigue acumulando empates a domicilio.  Y eso, en una Liga donde ganar cuesta un mundo y donde cada empate penaliza, es un regalo para sus rivales. Es la tercera vez que el Atleti puede asaltar el liderato y se queda con la miel en los labios. En Montilivi mereció ganar, pero como los goles no se merecen, sino que se hacen, perdió dos puntos.