Genios

Adiós, Quinocho. Se fue el ‘Brujo’, así llamado porque lo que hacía con el balón solo podía ser fruto de un hechizo. Un referente del barcelonismo. Un hombre sencillo y afable al que conocí tiempo después de su etapa en el Barça y del que me contaban ayer que era el paño de lágrimas de muchos. Le paraban en Gijón y le contaban de quimioterapias y otras penalidades a él, que superó tantas cosas además de un cáncer. Adiós, Quini, genio. Un futbolista al que chavales como mi hijo han buscado en Internet y encontrado a un ‘9’ de manual, a un rematador, a un delantero que fue siete veces ‘pichichi’ y al que en el Bernabéu asistió a Maradona en un gol de vaselina inolvidable. Se fue un genio de aquellos tiempos en los que el Barça ganaba títulos ‘menores’, cuando no existía la Champions, ni los teléfonos móviles y los periodistas escribían -yo aún estaba calentando en la banda- con aquellas Lettera de Olivetti que ayer recordamos con Antoni Bassas, Ramon Besa y Joan Vehils en Barça TV.

Tiempos de números 1 que se van y que están. Me llega esta foto de valor incalculable, con otro genio que se fue. Dos leyendas tan distintas y tan queridas. De ambas se despidió y tuvo un bonito recuerdo Messi. Para Quini, Leo comía aparte. Para él y para casi todos. El extraterrestre argentino que sigue batiendo récords, mejorando lo imposible también desde el liderazgo y la humildad.

En paralelo al deceso, otra genialidad llena las páginas de los periódicos y no solo los de temática deportiva. Lógico que brille con luz propia un tipo que, más allá del fútbol, tiene inquietudes. A Piqué le pone emprender y apostar. Al margen de su deseo de darle la vuelta al periodismo deportivo, su rol de portavoz o su proyección presidencial, Gerard ha ganado un set inesperado dándole la vuelta a la Copa Davis con su empresa Kosmos y su participación en el mundo de los eSports asociado a Konami. Formado, inteligente y atrevido, Piqué también trasciende más allá del fútbol.