Gavi no es ningún gasto, es una inversión

Gavi, en un partido ante el Mallorca

Gavi, en un partido ante el Mallorca / EFE

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Gavi ha demostrado que es un tipo de centrocampista cuyo fútbol se adapta a la perfección al del Barça, pero también al de otros tipos de fútbol junto a otros compañeros, como pasa en la selección española. Perder a Gavi sería la mejor manera de arrancar el primer proyecto completo de Xavi cojo.  

El andaluz y su agente, Iván de la Peña, están jugando sus cartas como también debe hacerlo el Barça. Y pese a que su voluntad es seguir en el club, entiende que merece, por lo exhibido durante su primer año, trato de futbolista importante. Así debe ser. Xavi necesita reforzarse con futbolistas de talla mundial como Lewandowski, Koundé o Bernardo Silva, pero es imprescindible que, a su lado, sigan creciendo otros como Pedri, una realidad, Ansu Fati, una esperanza, y Gavi, el futuro. Sin futuro el Barça no se mueve. Vivir al día pasa por pensar en qué será del Barça mañana, cuando en tres años ya no estén Busquets, Piqué o Alba. Ni Umtiti, ni Aubameyang o Memphis. Gavi es todo aquello que el Barça quiere ser de grande y aunque la tentación de ingresar los 50 millones de su cláusula de rescisión es grande, sería un error imperdonable. La renovación de Gavi es estratégica y sale barata. Es uno de los mejores jóvenes talentos de Europa y es del Barça.

Joan Laporta cerró la renovación de Dika Mem reuniéndose personalmente con él. A veces no todo es dinero y deportistas de esta talla necesitan sentir que se les valora en su justa medida. El dinero es solo la herramienta con la que se sienten valorados porque de esto va este negocio. Vales lo que cuestas. Y Gavi vale mucho. No se trata de ofrecer un cheque en blanco, pero su renovación va camino de enquistarse y esa es una imagen que ya duele. Urge encontrar un punto de acuerdo que permita al canterano seguir de blaugrana. Tras perder a Messi y, seguramente, a Frenkie de Jong, ver vestido a Gavi con otra camiseta que no sea la del Barça sería un fracaso rotundo y un error histórico. El jugador vale lo que cuesta, pero el club debe entender que futbolistas como él no son un gasto, sino una inversión. Y si nada se tuerce, no existe inversión más segura en el futuro de la entidad que acompañarle durante más de una década en una aventura que tiene pinta de las grandes. Toca arremangarse y dejarse de negociaciones, cláusulas y diferencias. Toca cerrar la continuidad del futbolita dando un puñetazo encima de la mesa y lanzar un mensaje al fútbol europeo: Gavi se mira, pero no se toca. Gavi es patrimonio deportivo del Futbol Club Barcelona.