Solo ganar no es posible

El Barça está en este punto, el del ganar como sea. Hay un sector del barcelonismo que ha decidido vivir al día esperando que el equipo sume puntos para intentar descontar ante sus aventajados rivales de Madrid. “Esto es lo que hay”, dicen, así que de lo que se trata simplemente es de ganar. Da igual el juego y los méritos. Ahora, no nos compliquemos la vida.

Ganar, solo ganar.

Dicen que en Elche no estaba Messi así que la victoria tiene su mérito. Además, tienen en cuenta que el argentino empezó la temporada sin estar; que Piqué, Fati y Coutinho se han lesionado de gravedad y que Sergi Roberto y Dest ya regresan, pero han faltado mucho; cuentan que hay jugadores que ni siquiera han sido presentados, como Matheus Fernandes; como Umtiti, que solamente pueden jugar uno de cada cuatro partidos; como Júnior, que ya no se sabe el tiempo que hace que se le busca una salida; como Braithwaite, agradecido a la diosa fortuna por la generosidad de ofrecerle el regalo de estar donde está; como Trincao, un melón por abrir que sigue cerrado; como Pjanic, que parecía una cosa pero es otra; como Riqui Puig, que gusta más a los aficionados que al entrenador; o como Griezmann y Dembélé, a estas alturas de la película, de difícil adjetivación. Por eso insisten en el ganar y punto, porque la toma de decisiones ha sido la que ha sido y ya no se puede hacer nada.

Objetivo, sumar de tres en tres.

Parece que la historia no sirve, esa que cuenta que el Barcelona nunca ha ganado nada si no ha jugado mejor que el contrario. Antes y después de Johan Cruyff. Su idea acabó convertida en un hecho cultural que llenó de orgullo al club y a la afición y, también, de admiración a todos los mortales con o sin interés por el balón. Ni siquiera con Pep Guardiola el Barça ganó sin ser superior a su rival. Jamás. Ni en Europa ni en la competición doméstica. Ahora, sin embargo, parece que ese día va a llegar porque, según cuentan, como no hay ni idea ni dinero tampoco van a llegar refuerzos y, por tanto, hay que olvidarse de todo lo que no sea ganar. Entendido.

¿Les parece que todo lo que hay detrás de este concepto tan primario puede ser suficiente para alcanzar los objetivos? Si Koeman ha resucitado el interés por competir de Messi, si ha hecho titular a Pedri, si ha revitalizado el presente de Sergio y el futuro de Araujo, si le ha encontrado el sitio a De Jong... ¿por qué no trata de dar un pasito más para darle contenido al “solo interesa ganar”? Llegar al qué sin atender al cómo, en el Barcelona, no es posible.

Un poco menos grandes

En Europa solo el Atlético ofrece registros destacables. Los de Simeone se han dejado apenas siete puntos de los 54 en juego. No hace falta insistir en el papel que están haciendo el Barcelona y el Real Madrid. En Alemania, el Bayern no ha ganado cinco de los trece partidos que ha jugado y el Borussia Dortmund, por ejemplo, se ha dejado 25 puntos en 18 jornadas. En Inglaterra, el líder Manchester United ha cedido 17 puntos y el campeón, el Liverpool, 23. En Italia, la Juve no ha ganado ocho de los 18 partidos que ha jugado y solo es sexta mientras que en Francia, el PSG es líder pero acumulando ya cuatro derrotas y tres empates. ¿Por qué? Sin duda, el coronavirus algo tiene que ver. No ayuda que un equipo haya jugado dos jornadas más o que otro tenga tres jugadores menos, infectados. O los controles, los viajes en estas condiciones, las mascarillas, los vestuarios sin duchas, los campos sin público, los cinco cambios... Y bajarse el sueldo, tener familiares enfermos y los hijos e hijas en casa, de cuarentena cada dos por tres.

Es la nueva realidad y, también, el fútbol de hoy, el que se juega solo por motivos económicos y que vive alejado de la gente, cada vez más invisible en este mundo, cada día menos interesada en el balón. La desconexión de muchos equipos es proporcional a la de sus seguidores, cada vez más ciudadanos y menos aficionados. Ojalá el tiempo lo vuelva a poner todo en su sitio.