Ganan todos, pierden Barça y Madrid

Por vez primera, el dinero no le sirve de nada a Florentino Pérez, que sale derrotado

El Barça pasa de Griezmann, Suárez y Messi a Braithwaite, Memphis y De Jong

Saúl, Griezmann y De Jong

Saúl, Griezmann y De Jong / SPORT.es

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

La letra con sangre entra. No querías caldo, pues toma dos tazas. El mercado se ha cerrado y LaLiga, de ahí el tremendo enfado, entre otros, de Javier Tebas, presidente de la industria del fútbol, con el PSG, ha quedado en evidencia. No hay dinero y, peor aún, los gestores, tanto económicos como deportivos de los grandes clubs (a excepción de los listillos del Atlético de Madrid, que por algo lucen el título de Liga con orgullo y sabiduría) han hecho el más estrepitoso de los ridículos.

Ganan todos. Más el Atlético que ningún otro. Esa entente, no sé si cordial o de intereses, con el Barça, pese a que Joan Laporta e hace la foto con Florentino Pérez en el Botafumerio, rodeado de langostas, centollos y percebes, sigue dando sus frutos y no solo Saúl no ha reforzado al conjunto culé sino que Griezmann está de regreso a casa, donde fue casi Balón de Oro, a un precio perfectamente asumible por la sana economía colchonera que, encima, sigue disfrutando de los beneficios de la venta, realizada hace ya años, del campeón del mundo francés.

Hay muchas maneras, desde luego, de resumir el cierre de este lamentable y triste mercado español, que ha dejado, insisto, al Barça y al Real Madrid, no solo en una posición ridícula (especialmente a los culés, pues los blancos se pueden vengar la próxima temporada y, encima, tienen el platillo volante del nuevo Bernabéu que los convertirá aún en más ricos), sino que demuestra lo mal gestionados que, deportivamente hablando, están ambos clubs, aunque se mantengan, eso sí, con capacidad para enfrentarse a Celta, Rayo y Betis.

Por vez primera en mucho tiempo, Florentino Pérez ha perdido. Cierto, ha enseñado que tenía el dinero e, incluso, que se atrevía a adelantarlo (200 millones de euros frente a 0, es decir, frente a que el jugador viniese gratis la próxima temporada), demostrando, no solo al mundo su enorme poder sino también a Kylian Mbappé su enorme interés. En ese sentido, es evidente que nadie, nadie, nadie, nadie, nadie, se cree que Florentino no tenga ya firmado un compromiso personal, profesional y económico con la estrella francesa.

Es decir, sería un suicidio, no ya como ser poderoso de España sino como dueño virtual del Real Madrid, como líder de la Superliga, que Florentino no tenga, desde hace semanas, un documento-compromiso con Mbappé que impida que Catar, Messi y Neymar puedan convencer al chico, en los próximos cuatro meses, para que renueve.

En el otro lado estaba el Barça, cuya situación es tan lamentable, no ya solo económicamente hablando (1.350 millones de euros de duda les contemplan), sino que, además, vive el momento más paupérrimo, liliputiense, de su historia, hasta el extremo de que Joan Laporta, Rafa Yuste, Mateu Alemany, Ramon Planes y Jordi Cruyff estaban rezando, a las 23.50 horas de ayer, para poder quitarse de encima a uno de los fichajes más caros de la historia, Antoine Griezmann, y fichar a todo un suplente de suplentes del Sevilla: el holandés Luuk de Jong.

¡¡¡¡Ojito al dato!!! Repito: la letra con sangre entra. Si no querías saber o cerrabas los ojos ante la auténtica situación del Barça, lee esto: hace un año, el Barça jugaba con Griezmann, Suárez y Messi. Hoy, mientras se espera el regreso y/o la providencial actuación de Dembelé, Ansu Fati, Kun Agüero y Coutinho (sobre los cuatro hay más que razonables dudas), el Barça jugará con Braithwaite, Memphis y De Jong. Podría, insisto, repetir este párrafo, estas delanteras, estos ataques, que comarativamente son demoledores, pero ahí lo dejo. Hace tanto dolor a los ojos y al corazón culé que resulta hasta vergonzoso exigirle al bueno de Ronald Koeman que gane algo este año.

La situación culé no es solo fruto, no, de la pésima gestión de Josep María Bartomeu, sino de un largo periodo de desaciertos en la línea deportiva. El Barça (luego iremos al Real Madrid), que según tengo entendido lleva cinco años tratando de encontrar en el mercado un Casemiro sin descubrirlo (y, encima, se escapa Ilaix Moriba), también ha sido incapaz de encontrar ¡¡¡¡en 10 años!!!! sustitutos para Piqué, Busquets y Alba, que siguen siendo (ese es otro desastre culé) imprescindibles en el equipo titular azulgrana.

Hace tres años, el Barça sacaba pecho intentando repescar a Neymar Júnior y anoche todo el sanedrín azulgrana rezaba para poder sacarse de encima a Griezmann o, como poco, no pagar su ficha. Es evidente que cada vez está más claro que, conocida la desastrosa situación económica de la entidad, tenían razón Carles Tusquets y Óscar Grau cuando se atrevieron a insinuar que era un buen negocio sacar 100 millones de euros por Leo Messi y, además, ahorrarse los 138 millones de su ficha. El presente lo demuestra: la letra con sangre entra.

Y no pienso olvidarme, lo siento (o no), del Real Madrid. La otra noche bromeábamos con el gran Roberto Palomar, jefazo del diario ‘Marca’, al asegurar que la portada de hoy, jueves, del diario deportivo madrileño debería de ser: “El fichaje era Vini Jr.” El Real Madrid, como el Barça, ha sido incapaz, en un montón de años, de encontrar sustitutos de nivel a Kroos, Modric y Benzema, que ahí siguen, con sus altares intactos, iluminados por las velas que Florentino, Ancelotti y Sánchez, el poderoso director general blanco, mantienen encendidas para que no se apague su salud y/o rendimiento.

Esta es la pura realidad del antaño poderoso fútbol español, ahora conocido industrialmente como LaLiga.