Opinión

El futuro de Ansu Fati depende de una cesión

Ansu Fati vuelve a lesionarse y estará un mes de baja

Ha sufrido una lesión muscular en el bíceps femoral del muslo derecho en el entrenamiento de este miércoles / Atlas News

Ansu Fati se ha vuelto a lesionar y no sería de extrañar que uno de los desencadenantes de tanta dolencia muscular sea el estrés profesional que sufre. Su situación es complicada y el último episodio de Anoeta no pudo ser más demoledor. No en vano, con Lamine y Ferran lesionados, Flick decidió salir con Fermín de falso extremo cuando hasta ahora siempre había jugado, como mínimo, con tres delanteros natos.

No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que Ansu no es ni el segundo delantero suplente. No juega, no es feliz, le carcome la ansiedad... esto no puede seguir así. Es la hora de tomar una decisión valiente. Al primero que no le interesa perder el tiempo es a él. Si no juega, no recupera sensaciones ni ritmo de juego. Tampoco al Barça le conviene tener a un jugador de su nivel y contrato perdiendo valor en el banquillo o la enfermería. Por si alguien no lo sabía, Ansu Fati valía 80 millones hace tres años y ahora no pasa de quince. 

Pero ahora, lo importante es el jugador. Tanto la persona como el futbolista. La larga sucesión de lesiones es una pesadilla que no le deja vivir. Decisiones pasadas, como la de no operarse del tendón del bíceps femoral, comprensible después de haber pasado cuatro veces por el quirófano, tampoco le ayudan. Ansu necesita una cesión que le abra horizontes y le limpie la cabeza de fantasmas. Su futuro depende de ello. Seguramente tendrá que renunciar a parte de su contrato, del mismo modo que el Barça tendrá que pagar algo, pero hay que hacerlo. Seguir así, sin continuidad en el juego y generando dudas, no es la solución. Cambio drástico. Y si puede ser en enero, mejor.