El fútbol será femenino o no será

Las campeonas celebrando la consecución de la Champions

Las campeonas celebrando la consecución de la Champions / VALENTI ENRICH

Albert Sáez

Albert Sáez

El Barça masculino siente nostalgia de tripletes. De hecho, el Barça masculino es un ejercicio permanente de nostalgia. Laporta tiene nosaltalgia de Guardiola, Messi tiene nostalgia de los números uno que le arroparon y los aficionados tienen nostalgia de un tiempo que nunca había sido y no se sabe cuándo volverá a ser si es que vuelve a ser. Estamos inmersos en lo que Ferran Soriano, otra nostalgia que tenemos, llamaba el círculo vicioso: falta de títulos, fichajes y nóminas fuera de mercado, endeudamiento, peores fichajes, menos títulos. La rueda de prensa de este viernes no estuvo a la altura porque al final hasta un pico de oro como Laporta naufraga cuando no tiene nada que decir. La nostalgia genera ilusión pero no llena las arcas ni arregla el lío de unos sueldos que hoy, simplemente, no se pueden pagar.

Para salir de este círculo vicioso hace falta un golpe de efecto. En la primera época de Laporta lo fueron la llegada de Ronaldinho y Rijkaard pero también el fichaje de Davids, el debut de un Messi desconocido o el asceno de Guardiola como entrenador a Primera División con la única experiencia de haber entrenado en Tercera División con el Barça B. Y aquí viene la pregunta: ¿es menos competitivo el fútbol femenino que la Tercera División? Igual Laporta tiene la solución en las narices y no la ve.

¿No sería Lluís Cortés el revulsivo que necesita el primer equipo masculino tras ese triplete que puede conseguir hoy con el femenino? La igualdad real son cosas como sería esta. A Evarist Murtra todo el mundo le miró mal cuando aconsejó poner a Guardiola en el primer equipo. Quizás la nostalgia no da rédito si queremos hacer lo mismo con los mismos, pero funcionaría si hiciésemos lo mismo con los que ahora lo pueden hacer. Cortés puede tener esta tarde más trayectoria como entrenador de la que tenía Pep en 2008. Eso sí que sería un golpe de efecto.