El fútbol entra en su nueva normalidad

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A Setién no se le pasa por la cabeza que Messi pueda dejar el Barça / FCB

Lluís Mascaró

Viajamos sin GPS hacia eso que se ha dado en llamar la nueva normalidad. Un futuro que nadie se atreve a pronosticar. Lo único que tenemos claro es que muy poco tendrá que ver con el pasado. Inmersos, como estamos, en la ilusión por esa desescalada asimétrica que nos debe sacar del encierro riguroso, no nos preocupamos todavía por cómo será nuestro mundo a partir de la Fase 3 del desconfinamiento.

Tenemos, solo, algunas certezas. Y casi todas, negativas. Salir a comer o a cenar a un restaurante ya no será lo mismo. Tomar una cerveza en el bar con los amigos ya no será lo mismo. Ir al gimnasio ya no será lo mismo. Las vacaciones de verano ya no serán las mismas. Y viajar... quién sabe cuándo podremos volver a viajar. Ni siquiera el fútbol será el mismo. A pesar de que ayer el Gobierno (a través del Ministerio de Sanidad y el CSD) diera el visto bueno a su regreso paulatino.

Se han aprobado los test para detectar infecciones por coronavirus en los equipos profesionales, paso previo a los primeros entrenamientos, que podrían llegar a partir del 8 de mayo. El objetivo final es que LaLiga vuelva a disputarse, como muy tarde, el 28 de junio. Fecha límite para que se jueguen las 11 jornadas pendientes del campeonato durante el mes de julio. Porque el agosto está, de momento, reservado para la Champions.

El fútbol también entrará en una nueva normalidad, con partidos sin público en las gradas hasta, posiblemente, el 2021. Nos zambullimos en un terreno desconocido en todos los ámbitos de nuestra vida. Aunque con la ilusión de recuperar parte del pasado.