El fútbol y el dinero

De Ligt, el mejor Sub 20 de 2019

De Ligt, el mejor Sub 20 de 2019 / AFP

Xavi Torres

Xavi Torres

De Ligt, en el disparadero. El central de l’Ajax, ahora de vacaciones, deshoja la margarita. Como es tan joven (a punto de cumplir 20 años) y tan bueno (titular en el Ajax -equipo sensación de la Liga de Campeones- y en la selección de Holanda -subcampeón de la Liga de las naciones UEFA- media Europa lo quiere. Normal. Lo quiere el campeón, el Liverpool, para dibujar una pareja de centrales de lujo al lado de su compatriota Virgil van Dijk; lo desea el Juventus hasta el punto que Cristiano Ronaldo le tira los tejos en pleno partido de selecciones; van locos el Bayern y el Manchester United para que lidere sus ansiados regresos a la élite; evidentemente, el PSG, amargado ante tanta inversión y tantos fracasos. Y, por supuesto, le quiere el Barça, históricamente siempre atento a la producción de futbolistas con buen pie procedentes de los Países Bajos. 

De Jong tuvo que pasar por lo mismo y decidió en azulgrana. Hoy la dirigencia del Barça pone su caso como ejemplo de lo que desearía con De Ligt. Tal vez sería bueno recordar que el centrocampista del Ajax estuvo a punto de firmar por el PSG hasta que un par de viajes relámpago a Amsterdam del presidente Bartomeu para mejorar las condiciones económicas de su contrato cambiaron su decisión. De Jong siempre se ha sentido emocionalmente más cerca del Barça que de ningún otro club pero hasta el sobreesfuerzo de Bartomeu todo permaneció abierto.

Hoy, con De Ligt, el Barça espera el mismo final. En los últimos días, sin embargo, parece más lejos del Camp Nou que nunca. Su representante, Mino Raiola, fiel a su discutida manera de entender su profesión, plantea más matices de los que el Barcelona espera. De entrada, como con De Jong, poderoso caballero es don dinero. Todo el mundo del fútbol sabe que el Barça es el club que paga las mejores fichas y, por tanto, todos los jugadores se hacen querer. 

Lo cierto es que De Ligt, duda. Porque, como decíamos, hoy hay muchos otros clubes capaces de convertirlo en millonario pero, también, en campeón. Hace un tiempo -no muy lejano- el Barça era un imán de buenos futbolistas atraídos por su exclusivo proyecto deportivo. Ir al Camp Nou no era un viaje más. Hoy hay cerca de diez clubes capaces de prometer exactamente lo mismo que el Barça. Ahí reside el problema. Y ahí debería centrar su preocupación el club: en encontrar las respuestas a las dudas de De Ligt.