Fútbol contra el autismo

El Camp Nou, con un aspecto brillante durante El Clásico

El Camp Nou, con un aspecto brillante durante El Clásico / Javi Ferrándiz / Diario SPORT

Xavi Torres

Xavi Torres

2 de abril, día mundial del autismo. No hablamos de una enfermedad sino de un trastorno neuro-biológico complejo que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. En España, uno de cada 44 niñ@s tiene autismo (1/700, síndrome de Down; 1/7.000, cáncer infantil). Sin embargo, el TEA (Trastorno del Espectro Autista) todavía es un gran desconocido en nuestra sociedad.

MALAS NOTICIAS

Fer corre por el campo de fútbol conduciendo el balón. Fer es un niño autista. Como el autismo es una discapacidad invisible –ni se puede prevenir ni lleva asociado ningún rasgo físico característico- los primeros síntomas tienen que ver con conductas inapropiadas y una gran dificultad para el aprendizaje. A partir de les 18 meses suele llegar el mazazo: el diagnóstico les presenta en sociedad un compañero para toda la vida–para el afectado y para su familia-: el autismo. Y con él, la desesperación de ver como los manuales de comportamiento de una madre o un padre saltan por los aires.“¿Por qué no habla ni me hace caso?”. Y en seguida, “¿por qué chilla y se autolesiona?”. El TEA aísla de una vida social normal a quien lo sufre pero, también, a sus familiares.

SIN SOLUCIONES OFICIALES

El sistema público no ha solucionado los problemas que afectan al autismo. No hay muchos especialistas y los tardíos diagnósticos ponen en peligro una vida digna. Como el estado debe promover el mejor tratamiento para cada patología y la del autismo, es carísimo, la solución ha sido derivar un problema de salud hacia otro de educación. Los problemas de lectura, comida, esfínter eso relaciones de estos niñ@s no deberían ser tratados jamás en estos términos. No centrar bien el problema durante los primeros años es tirar toda una vida por la borda.

Los 45 minutos a la semana de Atención Temprana son una broma. O el trabajo del profesor, en clase. A pesar de su buena disposición los recursos son ínfimos: se atiende pero no se interviene. El objetivo de un niño en el colegio no es que esté bien atendido si no que aprenda y en el caso del autismo, no es así. El profesorado acaba desesperado y los niños, reclutados en centros de salud mental infanto-juveniles y, finalmente, en psiquiátricos. A Fer, sin embargo, sus padres pudieron ayudarle y está a punto de marcar un gol.

LOS HÁBITOS DEL FÚTBOL COMO SOLUCIÓN

En ausencia de soluciones públicas interviene la iniciativa privada. Por ejemplo, en Lovaas Foundation –Sant Cugat, Barcelona-, existe el tratamiento que atenúa la sintomatología del TEA y que puede llegar a niveles de normalización alta o incluso completa. Se trata de estructurar la vida del niñ@ facilitando su aprendizaje y modificando el curso de su desarrollo para adquirir las habilidades que le faltan, relacionarse con su entorno con normalidad y ganar en autonomía.

El método, curiosamente, se basa en los hábitos del fútbol. Con el liderazgo del empresario Ramon Bernat –propietario de la modernista Casa Batlló de Gaudí, en la que parte del personal es autista- y el responsable clínico, Víctor Rodríguez, como sucede con cualquier crack, los niñ@s aprenden a base de disciplina y programación; nutrición, descanso, entrenamiento, repetición... Hay que enseñar la posición del cuerpo y a convivir con todos los elementos externos, el ruido, la compañía conocida y la extraña; la tecnología aplicada y las revisiones de rendimiento a corto, medio y largo plazo. Como en el fútbol.

Y, por supuesto, no solo de un miembro sino de todo el equipo: familiares y profesores. Se trata de trabajar en una especie de centro de alto rendimiento, en el colegio y en casa. Hay que manejar cada segundo del niñ@ para que pueda controlar su vida, para saber lo que debe hacer y lo que no. Eso sí, pasando de los 45 minutos a un trabajo de 20 a 40 horas semanales, en función de la severidad del trastorno. ¿Problema? El dinero. Por eso hay que buscarlo, para que no solo sobrevivan aquellos que puedan permitirse centros médicos y escuelas especiales.

CARVAJAL, JOSELU, SERGI ROBERTO, AUBA

Estos hábitos futbolísticos para la mejora del autismo y las citadas necesidades han convencido a Dani Carvajal (Real Madrid), Joselu Mato (Alavés) y Javier Manquillo (Newcastle) para convertirse en embajadores de la iniciativa. A través de ellos, el azulgrana Sergi Roberto ha abierto las puertas del vestuario azulgrana. Él y Pierre-Emerick Aubameyang, por ejemplo, están participando en la última campaña de difusión de Lovaas Foundation. Exfutbolistas como José Emilio Amavisca, Gonzalo Colsa o Christian Portilla también empujan para encontrar, a través del balón, soluciones para el día a día y la investigación. Fer lo sabe, lo experimenta y se abraza con sus padres y hermanos para celebrar su gol.Y su vida, llena otra vez de esperanza...