El fútbol es así (o no)

El VAR anula el segundo gol de Messi (EN)

El VAR anula el segundo gol de Messi

Guillem Balagué

Guillem Balagué

La crisis, nos decía Bertolt Brecht, surge cuando lo viejo no deja de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer. En miles de libros se han escrito los caminos a recorrer cuando los cimientos se remueven: hasta que no se evalúe la crisis desde todos los ángulos posibles, no hay que abandonar el barco y puede ser todo válido, desde variar a seguir el mismo recorrido. Eso sí, hay que mantener las convicciones y la visión que se tenía antes de la crisis (si existía). Aprender de lo que otros han hecho. Permitir que cada cruce de caminos te enseñe algo sobre ti o los que te acompañan. Esa es la aspiración: que el fuego de una crisis no necesariamente lo queme todo pero que surja un nuevo impulso.

Solo que esto es fútbol. La patada hacia delante, aplicada de nuevo en el Camp Nou, es una política muy común, una moneda al aire que escoge adjetivos e ideas según el nuevo líder. Ayer se hablaba de un entrenador que supuestamente no encajaba en el estilo del Barcelona y ahora se elogia la flexibilidad de la propuesta táctica del holandés. Hace nada, la intensidad (y sus variantes, la fisicalidad, la energía, una marcha más) no servía para intentar cazar a los grandes equipos europeos y ahora es la bandera de Ronald Koeman (por fin).

Hoy no se debaten profundamente los fundamentos que hasta hace poco habían sostenido el éxito y eso es avanzar a ciegas. El ADN es un concepto claro: dominar a través de la posesión; desorganización del contrario creando superioridades; y juego de posición que mantenga al equipo junto en defensa y ataque, para poder recuperar pronto. El Barcelona fue el primer equipo que estructuró su fútbol en conceptos ofensivos. Esa es la foto (parada en el tiempo), pero el fútbol ha evolucionado y para adaptarse hay que contar con dos principios: dirigirse de nuevo hacia ideas colectivas y tener la visión en el banquillo para descifrar cuál es el (nuevo) camino a escoger. En lugar de más organización, últimamente se ha hecho menos. En lugar de usar a Messi para acabar, se le usa para empezar y acabar. Se ha dejado de buscar la solución en el grupo para encontrarla (crucemos los dedos) en el mejor jugador del mundo. Desde hace rato, no es suficiente.

¿Los siguientes pasos a seguir a partir de ahora? Pues, renovación, aplicación de la esencia (el ADN) a partir de lo colectivo y considerar por dónde evoluciona el fútbol. Eso o dejarse llevar por “el fútbol es así”.